"En esta sociedad consumista te venden un ideal de sexo prácticamente inalcanzable"

Diego Sánchez Aguilar presenta hoy en el bar La Guarida de Cartagena -21.00 horas- Nuevas teorías sobre el orgasmo femenino, publicado por la editorial Balduque con siete relatos en los que el lector «podrá sentirse un mirón, un pervertido o, si lo prefiere, un antropólogo que estudia fríamente las costumbres sexuales de esa extraña tribu occidental llamada clase media». El autor estará acompañado por los escritores Juan de Dios García y el también editor José Alcaraz.

¿Cómo surgieron estas Teorías del orgasmo femenino?

Quería hacer un retrato de la sociedad contemporánea, concretamente de lo que denominan clase media, usando el sexo como hilo de unión de los diferentes relatos. Precisamente el sexo siempre se considera la parte oculta o más secreta y me servía adentrarme y desvelar, a través de él, otros aspectos de la sociedad.

En estos relatos «el sexo no es nunca como debería ser, como los anuncios dicen que es, como la pornografía prometió que sería», ¿no ha edulcorado ni un poco las relaciones?

Nada edulcorado, uno de los motivos para escribir estos relatos era mostrar esa idea de que el sexo, en esta sociedad consumista dominada por la publicidad, se vive con tensión; te venden un ideal prácticamente inalcanzable y, cuando lo enfrentas a la realidad, siempre acaba siendo un fracaso por esas expectativas.

¿Y qué ha descubierto de esa 'tribu' llamada clase media?

Es difícil contestar... la clase media es una construcción ideológica por la cual los trabajadores explotados y sometidos por el capitalismo se creen más importantes y más protagonistas, creen que tienen las riendas de algo cuando no es así. La clase media sólo es un conjunto de peleles que no asumen su carácter de esclavos y buscan el consuelo pensando que están por encima de algo o de alguien.

¿Y alguno de sus personajes encuentra la relación perfecta?

En estos relatos no la hay; las más perfectas que aparecen son virtuales o masturbatorias, no he mostrado ninguna relación perfecta.

¿Las nuevas tecnologías no han ayudado a las relaciones?

En el libro, y en cómo se mueven a veces en la realidad, las redes son un elemento aislante, pero producen la sensación de comunidad. En uno de los relatos narro esa relación que el protagonista cree ideal e íntima a través de internet.

Es profesor de un instituto de La Manga, ¿le ayudan los jóvenes a mirar la realidad?

Claro, ser profesor supone estar en contacto continuo con la sociedad y vas conociendo a los adolescentes, cómo van cambiando. Este trabajo ayuda a no olvidar dónde estás, a no aislarte.

El lector puede ser «un mirón, un pervertido o un antropólogo...», ¿cómo quiere que se acerquen a estos relatos?

Cada lector debe elegir. El antropólogo es en realidad la voz del narrador, una voz muy fría y objetiva. El lector puede seguir los relatos a través de esa voz o como un cotilla que quiere adentrarse en esas historias. La idea es que, al final, el lector se atreva a mirarse a sí mismo.

Y sobre el orgasmo femenino, ¿ha llegado a alguna conclusión?

No... con el título quería hacer una parodia a esos titulares de revistas que intentan enganchar al lector y desvelar esa ansiedad que nos crea conseguir la vida perfecta.