Explique al lector qué es un terapeuta gestáltico.

La Gestalt es una terapia centrada en el presente, que cree que lo más importante es lo que te está pasando hoy. Fue diseñada por Fritz Perls básicamente porque había estado trabajando en África y en India y el psicoanálisis que había estudiado no servía. Entonces diseñó este modelo, que tiene mucho más que ver con las emociones que con el pensamiento y más con el cuerpo que con la mente.

Y ahora, si es tan amable, explique la relación entre la terapia gestáltica y los cuentos.

Bueno, últimamente, por culpa mía por lo menos, en Argentina un terapeuta gestáltico es un terapeuta que, además, utiliza los cuentos como recurso.

¿Y eso acorta esas terapias eternas que dejan temblando la economía del paciente? Porque yo conozco gente que lleva media vida yendo al psicoterapeuta cada semana y sigue con las mismas neuras de siempre.

En realidad la gente que se eterniza hay en todas las terapias. Lo que pasa en una terapia no depende de la técnica, sino del paciente y el terapeuta.

Ya. Oiga, la moda de los libros de autoayuda es un filón para sus autores, con los consejitos ganan pasta por un tubo.

No lo sé. Habrá quien gane pasta por un tubo, habrá quien no, habrá quien haga de esto un filón. También hay periodistas que ganan mucho dinero y yo quiero saber, ¿es un filón ser periodista?

¿Qué es '20 pasos hacia adelante'?

Un libro de autoayuda típico, clásico, lineal.

¿El capitalismo, con su constante exaltación de riquezas inalcanzables, crea neurosis?

Supongo que casi todas las sociedades tienen sus responsabilidades en las cosas en que educan. Si tuviéramos que definir la neurosis podríamos decir que el neurótico es alguien que se ha ocupado de ser quien no es para sintonizarse con el entorno en el que vive. Si uno lucha para conseguir algo de lo que la sociedad dice que hay que tener, está neurotizándose. No sé si el capitalismo, pero sí la sociedad consumista genera lo que yo defino como la estupidez cúbica, que se define como: gastar el dinero que no tengo, para comprar lo que no necesito, para poner contento a quien no me importa.

¿La crisis económica nos está neurotizando más?

Te voy a contar un cuento. Hace muchos años vivía en Oriente un médico, el único en varios pueblos a la redonda, que había acordado con una familia asistir al parto de una mujer que había perdido siempre el hijo en los partos anteriores. Le avisan, agarra su maletín y cuando salía del pueblo se cruzó con la peste que entraba, y que en aquellos tiempos se llevaba miles y miles de vidas. ¿Otra vez por acá?, le dijo el médico. Y la peste: bueno, ya toca. ¿Cuántos te vas a llevar esta vez? Pocos, 1.300. El médico se fue a su compromiso con la embarazada, el parto se demoró diez días y de regreso se volvió a encontrar con la peste, que ya se iba. Me mentiste -le dijo el médico- dijiste 1.300 y te llevaste 5.000. No, yo me llevé mis 1.300: los otros los mató el miedo.

Precioso. Pero no sé si ese cuento le servirá de mucho a una familia de cinco hijos con todos sus miembros en el paro.

Yo no dudo de que la crisis, como la peste, existe. ¿Pero cuántos va a matar la crisis y cuántos el miedo? Creo que uno de los grandes peligros que tiene la situación global respecto de la crisis, es que nos mate el intento de conjurarla. Habrá que entender que una crisis no es una catástrofe: es un momento para tomar decisiones. Crisis viene de una palabra griega que quiere decir decisión; de hecho si te asustas no decides, y si no decides la crisis no se termina.

¿Qué es la felicidad?

Algo que no tiene que ver con estar contento: se puede ser feliz y estar triste. Nosotros somos vulnerables; no frágiles, que es otra cosa.

¿Recuerda qué fue lo primero que escribió?

Una carta de amor para mi maestra de 4º grado, para pedirle que se casara conmigo. Yo tenía 9 ó 10 años. No me contestó y fui a decirle: oiga, ¿recibió mi carta? Se rió y dijo: sí. Yo insistí: ¿y?

¿Y?

La negativa de la señorita Mariano me hizo dejar la escritura durante mucho tiempo, pensé que no servía para esto.