Ir a ver Urubú es un imperativo de obligado cumplimiento para todo aficionado al cine de terror. Y lo es por varias razones bien simples. En primer lugar, porque se trata de la ópera prima de Alejandro Ibáñez Nauta, hijo del recordado Chicho Ibáñez Serrador.

Me permito hacer aquí un inciso para las audiencias más jóvenes. Chicho Ibáñez Serrador es lo que hoy día es Álex de la Iglesia y Alejandro Amenábar en sus buenos momentos juntos. Esencialmente llevó el cine de terror a sus cotas más altas en un momento en el que el género en España únicamente se dedicaba a calcar los modelos de éxito más internacionales.

Pues bien, su hijo, Alejandro, al que seguramente algo se le habrá pegado del padre, estrena su primera película. Pero es que, además, el propio realizador ha reconocido que su primer largometraje es un sentido homenaje a su progenitor, con quien compartía una de sus grandes pasiones, el cine de terror. De hecho, Urubú es lo más cerca de lo que Alejandro y Chicho estuvieron de hacer una película de miedo juntos. Un viejo sueño que ambos acariciaron largamente.

De hecho, Urubú es una película cuyo proceso de producción pudo seguir día a día el propio Chicho, que a punto estuvo de ver la película terminada (ojalá su enfermedad se lo hubiera permitido). Y, por si fuera poco, Ibáñez Nauta ha reconocido que Urubú está repleta de guiños al cine de su padre, de quien reconoce una lógica y fuerte influencia.

Urubú nos cuenta la historia de Tomás, un ornitólogo venido a menos que trata de relanzar su carrera viajando a un remoto lugar de la selva amazónica para fotografiar un urubú albino, un extraño pájaro del que no hay registro en libertad. Hasta allí arrastra a su mujer y a su hija, pero todo cambia radicalmente cuando esta última desparece. La búsqueda de la niña empujará a Tomás y a su mujer al lado más siniestro y peligroso de la selva amazónica.

Puede que al final todo gire en torno a Chicho aunque la película sea de Alejandro, pero estoy convencido de que esto a su hijo no le debe sentar mal. Ya tendrá tiempo Alejandor Ibáñez de mostrar su valía. De momento, los aficionados al género nos seguimos conformando con los ecos de Chicho Ibáñez Serrador.