La profesora y el profesor acaban de llegar de un viaje a la Luna y se preparan para contar esta increíble experiencia a sus alumnos. Pero la charla se interrumpe cuando los dos se dan cuenta de que un armario ropero está ocupando el centro de la escena. Está vacío, pero esconde un secreto: es un armario viajero. Entrando en él se puede ir a cualquier lugar del mundo. Gracias a este particular mueble, los profesores empiezan un viaje, acompañados por los niños, que los llevará a recorrer los sitios más característicos de nuestro planeta. El espectáculo, titulado Atlas, el mundo en un armario, llega este domingo al Auditorio Municipal de Calasparra de la mano de Teatro Silfo y, en concreto, de la de su director, Fabrizio Azara.

Bueno, ¿qué se van a encontrar aquellos que este domingo acudan al Auditorio Municipal de Calasparra?

Se trata de un espectáculo que llevamos haciendo bastantes años, pero que es inagotable. Es la historia de una viaje alrededor del mundo, un 'baile visual', como nosotros lo llamamos.

Un obra enfocada al público infantil, pero dónde acaban disfrutando grandes y pequeños.

En este caso, más que en otras ocasiones, es una obra de teatro para todos los públicos. Es para niños, evidentemente, pero cuando nos encontramos con un público familiar también los mayores disfrutan de la función. Esto es debido a que nosotros solemos trabajar para todos los públicos: nuestros espectáculos son infantiles, pero no infantilizados; es decir, se trata de hacer espectáculos para toda la familia, y este en concreto pide la participación de grandes y pequeños.

¿Cómo es el proceso creativo a la hora de poner en marcha un espectáculo para niños?

Este proyecto nació para campañas escolares; tras la función, guarda un nivel pedagógico y didáctico muy alto. Nació cocinándolo poco a poco, hablándolo entre nosotros. Todo ha sido producción nuestra, es cuestión de tiempo y de ir probando hasta que ves que encuentras la clave, que en nuestro caso fue el armario, que nos encontramos por ahí hecho polvo y viejo; fue a partir de este elemento cuando se desarrolló el resto de la historia. Esta obra tuvo una génesis muy buena.

Fabrizio, ¿con qué público se queda: grandes o pequeños?

Yo me quedo con el pequeño, porque es nuestro público. Pero los adultos, cuando se dejan sus cosas a un lado, descubren que el espectáculo no es solo para sus hijos, sino también para ellos. Digamos que partimos de los niños y llegamos a los adultos.

¿Qué momento atraviesa el teatro familiar?

Cuando empezó la crisis, en este tipo de proyectos sí que se notó bastante. Pasamos de una época muy buena a otras en las que apenas había presupuesto y en la que era muy complicado trabajar... Creo que se está recuperando, pero al mismo tiempo, en este tipo de teatro, debemos explicar cuáles son nuestros principios y nuestra manera de trabajar. Detrás de cada función, como digo, hay una preparación y una carga didáctica y pedagógica muy importante. Esto debemos valorarlo.

Decía que llevan varios años girando con 'Atlas'. ¿Algún otro proyecto en cartera?

Ahora hemos presentado un nuevo espectáculo que se llama Para primera infancia, y es para niños de tres a cinco años. Además, más adelante queremos presentar otro trabajo nuevo.