La Banda Trapera del Río fueron pioneros del punk, aunque su aire barrial y proletario nunca vayan a ser reivindicados por las revistas cool o los catálogos de tendencias. Su rock de ciudad dormitorio fue la semilla de muchas cosas, desde el rock radical vasco al orgullo callejero de Estopa. El libro Escupidos de la boca de Dios (Distrolux, 2007) y el documental Venid a las cloacas, que ganó el In Edit, repasan la historia del legendario grupo de Cornellá. Orgullo de barrio y toneladas de actitud, Morfi responde nuestro cuestionario.

Este no es vuestro primer regreso; en estos 40 años ha habido varios, y el último fue sobre 2010. ¿Qué ponéis en la balanza para tomar la decisión de volver cada determinado tiempo? ¿Tenéis mono de directo?

Mono de directo siempre se tiene, pero nuestras reapariciones, como las del zorro... Siempre épocas de crisis profundas, para solidarizarnos con el obrero e intentar dar por culo al opresor.

El motivo de la reunión no es otro que un feliz aniversario, porque la Trapera cumple 40 años, como los Buzzcocks, aunque no sé si sois más afines a estos o a los Pistols.

No, no somos afines a nadie; nunca lo hemos sido, la banda es genuina en sí misma.

Un libro y un recopilatorio sirven también para hacer balance. ¿Qué crees que fue lo más valioso y lo más prescindible de La Banda Trapera del Río?

Lo más valioso, sin duda, la autenticidad, lo más prescindible, deberían ser otros quienes lo valoraran.

En el prólogo, Diego Manrique dice que Estopa, que son de vuestro barrio, han evitado las trampas en las que cayó La Trapera. ¿Qué os parece? ¿Te arrepientes de algo en la historia del grupo?

De muchas cosas. Si no nos arrepintiésemos de nada, nada estaríamos aprendiendo (en general todos).

En la gira de regreso de los noventa les prohibistes las drogas a todos los del grupo.

Fueron tiempos difíciles por culpa de la droga.

Hace 17 años del último disco con La Banda Trapera. ¿Hay canciones nuevas, planteamiento de disco??

De momento vamos a cerrar la gira del aniversario, y después hablaremos de proyectos.

Has convertido Te recuerdo Amanda, de Víctor Jara, en una canción mucho más apocalíptica. ¿En estos tiempos sombríos hay que mantener el compromiso?

Siempre hay que mantener el compromiso, de lo contrario no vales una mierda.

¿En qué ha cambiado la 'Ciutat Podrida'?

Yo diría que, en esencia, en nada. Ahora la estafa y la mentira son de diseño, y los que las producen lo hacen con total impunidad.

Eskorbuto os han reivindicado como influencia. ¿Ves vuestra huella en algún grupo actual?

La verdad es que nos llena de orgullo y satisfacción, pero no estamos muy al corriente de los grupos.

El documental Venid a las cloacas ganó el In Edit, el festival de documentales musicales más importante de España. ¿Qué os ha supuesto este reconocimiento? ¿Tiene ya La Trapera todo el reconocimiento que se merece?

La Trapera se merecía un documental ganador, eso es cierto, por su propia trayectoria. En cuanto al reconocimiento, qué quieres que te diga. Quienes nos conocen, por supuesto y los que no, pues na.

¿Si hubierais estado más centrados a finales de los 70 habríais tenido una carrera más larga y exitosa?

¿Más? La filosofía intrínseca de la Trapera impide directamente el éxito comercial, que es a lo que creo que te refieres. La autenticidad y la comercialidad andan reñidas por estos lares.

¿Era tan duro el ambiente en el barrio como comentasteis en algunas entrevistas?¿Eran los tiempos de los «curriquis de barrio» de vuestra canción?

Totalmente. Las letras de la banda son revindicativas por ser vivencias absolutamente ciertas.

Vuestra primera canción fue La regla. ¿Qué significaba entonces una canción así? ¿Llegasteis a sufrir la censura?

Era una letra transgresora y rompía tabúes, como tantas otras y, por supuesto, fue censurada en todas las radios y medios en general.

¿Cómo llegasteis al sonido 'trapero'?

Desde el primer momento sonamos con fuerza destructora e indecente.