Es la primera española que ingresa en el Bundesjugendballett (BJB) o, traducido, el Joven Ballet Nacional de Alemania, una compañía ubicada en Hamburgo que termina de formar a los bailarines tras su graduación en otras escuelas, bajo el amparo del propio estado alemán, que subvenciona esta iniciativa. María del Mar Hernández pasó las audiciones a finales del pasado año y estará hasta agosto de 2015.

«Para mí supone una gran aventura y me siento afortunada de estar teniendo esta formación y abrirme la puerta a otras compañías, es una experiencia inolvidable», asegura esta bailarina murciana de 21 años recién cumplidos.

El BJB realiza audiciones bianuales para tan sólo ocho bailarines de 18 a 23 años. Tras la selección, comienzan los ensayos de las coreografías que presentarán a lo largo de la temporada y llevarán de gira, no sólo por Alemania, sino también por Europa y a América -pronto viajarán a Brasil, adelanta Hernández-. Así, ya se encuentran de gira con Raymonda -«Tuvimos la suerte de trabajar con la exestrella de la Ópera de París Monique Loudière», recuerda la bailarina-; Nocturne, de John Neumeier; dos piezas de jóvenes coreógrafos del Ballet de Hamburgo «y una pieza creada por los propios bailarines, ya que forma parte de nuestro paso por la compañía que desarrollemos también nuestra faceta de coreógrafos».

Y no sólo como bailarines y coreógrafos. En este ballet aprenden cómo funciona toda la dinámica de una compañía. «Nuestro día a día no se basa solo en bailar; colaboramos en la decisión del vestuario, iluminación, ayudamos a técnicos y escenográfos. Es todo como una gran familia, en la que todos trabajamos para un mismo fin», asegura.

Además, es toda una experiencia para estos jóvenes convivir con bailarines de todo el mundo. Entre los seleccionados, hay artistas de Canadá, Sudáfrica, Japón, Ucrania y Francia. «Aprendemos mucho los unos de los otros, de las culturas, las formas de vida y hasta de los Gobiernos», dice la bailarina murciana, que bromea: «¡Y siempre está bien saber que tienes a quien visitar en la otra punta del planeta!».

Mar comenzó a los ocho años en el Conservatorio Profesional de Danza de Murcia. A los quince entró en la escuela de Víctor Ullate y después regresó a la Región para acabar el Conservatorio. Fue a los 17 años cuando llegó a la escuela de Ballet del Hamburgo, donde se graduó. Hizo entonces la audición para el BJB «y aquí estoy», termina. Aunque dejó los estudios al llegar a Alemania, «porque quería dar el doscientos por cien en la danza», no ve incompatible ambas cosas y asegura que los retomará pronto. «No diría que tuve que elegir entre estudiar o bailar, simplemente, mi vida se fue encaminando en esta dirección».

Asegura además que el sacrificio que conlleva una carrera tan disciplinada «compensa definitivamente». «No es sacrificado -explica- si lo haces porque quieres, porque te gusta. Yo estoy muy contenta de haber llegado al mundo profesional de la danza. Mientras me gane la vida con lo que disfruto será como si me pagasen por dar paseos por la playa», dice esta enamorada del mar, como dice en su perfil de la web del ballet alemán.

Y esa pasión se la empezó a inculcar Fuensanta Zomeño, su primera profesora en el Conservatorio, «quien me enganchó a la danza», y continuó con otros grandes profesores, como Karemia Moreno, «una gran maestra cubana»; Carmen Paris, «que me ayudó en todo momento y me abrió los ojos respecto a lo que hay fuera»; Víctor Ullate, Elvira Santamaría, a la que le debe hacer las audiciones en Hamburgo, y sus maestros actuales, Kevin Haigen (director artístico y pedagógico del BJB), Yohan Stegli y Monique Loudière, entre otros, «de los que sigo aprendiendo cada día», dice agradecida.

Cumplido uno de sus objetivos, Mar Hernández quiere seguir bailando todo lo que pueda. Para ella, «la danza es arte en movimiento, una manera de conectar con la gente, de expresar ideas, emociones o, en general, una visión del mundo mediante el ritmo de la música y del cuerpo».