El reemplazo total de cadera, también llamado artroplastia de cadera, se lleva a cabo cuando el hueso y el cartílago de la cadera se encuentran dañados, siendo necesaria su extracción y reemplazo por componentes protésicos. Durante el procedimiento, la cabeza femoral dañada se extrae y se reemplaza con un vástago de metal que se coloca en el centro hueco del fémur. Después se coloca una bola de metal o cerámica en la parte superior del vástago, que reemplaza la cabeza femoral dañada extraída. La superficie de cartílago dañada de la pelvis (acetábulo) también se extrae y se reemplaza con una pieza metálica de forma semiesférica, y finalmente, se inserta un espaciador de plástico, cerámica o metal entre la nueva bola y la pieza semiesférica para permitir una superficie deslizante suave.

 

En el Hospital Quirónsalud Murcia cuentan con un Servicio de Traumatología capacitado, tanto por tecnología como por equipo profesional, para llevar a cabo de manera exitosa, entre otras operaciones de cirugía de cadera, la artroplastia de cadera, acompañando al paciente también durante el proceso de recuperación.

 

El jefe del Servicio de Traumatología de Quirónsalud Murcia, Diego Giménez, responde a todas las cuestiones acerca de la artroplastia de cadera y su proceso de rehabilitación:

Diego J.Giménez Belmonte. Quirónsalud

¿Cuándo se realiza una artroplastia de cadera?

La causa más común del dolor crónico de cadera y discapacidad es la artritis de cadera, siendo la osteoartritis, la artritis reumatoide y la artritis traumática las formas más comunes de esta enfermedad. La osteoartritis se debe al uso y desgaste por la edad. Por lo general, ocurre en personas de 50 años o más y, a menudo, en personas con antecedentes familiares de artritis. El cartílago que amortigua los huesos de la cadera se desgasta, los huesos se frotan entre sí y acaba causando dolor y rigidez en la cadera.

Por su parte, la artritis inflamatoria es una enfermedad autoinmune (siendo la artritis reumatoide el tipo más común de este grupo de trastornos) en la que la membrana sinovial se inflama y se engrosa. Esta inflamación crónica puede dañar el cartílago y provocar dolor y rigidez. Por otro lado, en la artritis postraumática tras una lesión o fractura grave de cadera, donde el cartílago puede dañarse y provocar dolor y rigidez en la cadera con el tiempo.

La osteonecrosis, tras una dislocación, fractura de la cadera o por causa desconocida, puede limitar el suministro de sangre a la cabeza femoral. Esta falta de sangre puede hacer que la superficie del hueso colapse y se produzca artritis de cadera.

Por último, la enfermedad de cadera infantil, presente en algunos bebés y niños. Aunque los problemas se tratan con éxito durante la niñez, aún pueden causar artritis más adelante en la vida. Esto sucede porque es posible que la cadera no crezca correctamente, viéndose afectadas las superficies articulares.

 

¿Cuáles son las diferentes técnicas utilizadas para la realización de una artroplastia de cadera?

Durante el reemplazo total de cadera (artroplastia total de cadera) se reemplazan tanto la bola como la cavidad. Un reemplazo parcial de cadera solo reemplaza la bola (la cabeza del fémur). Un cirujano ortopédico puede acceder a la cadera desde diferentes ángulos (desde el frente, el lateral o desde atrás).

"Un reemplazo de cadera tradicional incluye una sola incisión grande que ayuda al cirujano a acceder a la cadera"

El reemplazo de cadera mínimamente invasivo tiene como objetivo minimizar el impacto de la cirugía en los tejidos sanos, como los músculos y los vasos sanguíneos. Cuando la cirugía es mínimamente invasiva, el cirujano accede a la articulación de la cadera a través de una o dos incisiones pequeñas moviendo los músculos a un lado. El reemplazo de cadera mínimamente invasivo no es apropiado para todos los pacientes (la edad, peso, estado físico y otros factores ayudarán al cirujano a decidir si es un buen candidato).

Por su parte, un reemplazo de cadera tradicional incluye una sola incisión grande que ayuda al cirujano a acceder a la cadera, generalmente a través del costado (abordaje lateral) o desde la parte posterior (abordaje posterior). La rehabilitación de un reemplazo de cadera tradicional puede llevar tiempo, ya que el cirujano necesita cortar o separar algunos músculos y tendones para llegar a la articulación. Es posible que el paciente corra el riesgo de sufrir una dislocación hasta que cicatricen todas las estructuras de soporte de su nueva cadera.

 

¿Qué tipos de prótesis se utilizan en la artroplastia de cadera?

En el reemplazo total de cadera, la articulación se reemplaza por una prótesis (una articulación de rótula artificial) que está fabricada con un material resistente que puede ser seleccionado por el paciente luego de una consulta con su cirujano de cadera, incluyendo combinaciones de piezas de metal, cerámica y plástico. El beneficio de este tipo de procedimiento es que los dos componentes de la cadera artificial están diseñados para trabajar juntos, y el área afectada se elimina por completo para que el paciente no sufra más problemas en su cadera.

El reemplazo parcial de cadera consiste en reemplazar solo una parte de la articulación de la cadera para remediar un problema relacionado con esta. Este procedimiento se enfoca en reemplazar el elemento esférico de la articulación de la cadera, conocida como cabeza femoral, con un implante de cadera de metal o cerámica que se coloca en el centro del fémur para asegurarlo. Normalmente, esta forma de reemplazo de cadera se usa para reparar una articulación de la cadera después de una fractura, ya que trata un aspecto específico de la articulación.

Por último, en los reemplazos de superficie de cadera, aunque no es una forma de reemplazo, el resultado final es similar a un reemplazo parcial de cadera en el sentido de que solo altera la parte esférica de la articulación. Se extrae menos hueso en un procedimiento de restauración de la superficie de la cadera, ya que la cavidad del hueso original se dejó en su lugar y la cabeza dañada del fémur se afeita unos pocos milímetros y se remodela para permitir que se cemente una tapa de metal en su lugar. Como esto conserva más hueso, puede sentirse potencialmente más natural y requerir menos ajustes. Sin embargo, la renovación de la superficie de la cadera corre el riesgo de no abordar el problema por completo o de causar un mayor desgaste de la cavidad ósea, lo que significa que eventualmente se realizará un reemplazo total de la cadera.

 

¿Cómo es la recuperación tras una artroplastia de cadera?

Tras de la operación se encontrará acostado boca arriba, y es posible que tenga una almohada entre las piernas para mantener la cadera en la posición correcta. El personal de enfermería controlará su estado y le colocará un vendaje en la pierna para proteger la herida. También le ayudará a levantarse y caminar lo más rápido posible después de la cirugía. Al principio, sentirá molestias al caminar y al hacer ejercicio, y es posible que se le hinchen las piernas y los pies. Un fisioterapeuta le enseñará ejercicios para ayudar a fortalecer su cadera y le explicará lo que debe y no debe hacer después de la operación.

Por lo general, estará en el hospital entre 3 y 5 días, según el progreso que realice y el tipo de cirugía a la que haya sido sometido. Si en general se encuentra bien y en forma, el cirujano puede sugerirle un programa de recuperación mejorada, en el que comience a caminar el día de la operación y sea dado de alta en 1 a 3 días.

"El dolor que pueda haber experimentado antes de la operación debe desaparecer de inmediato. Puede esperar sentir algo de dolor como resultado de la operación en sí, pero esto no durará mucho"

Ya en casa, no se sorprenda si se siente muy cansado al principio, pues los músculos y tejidos que rodean su nueva cadera tardarán en sanar. Los ejercicios facilitados por su fisioterapeuta son una parte importante de su recuperación, y es fundamental que continúe con ellos desde casa.

El dolor que pueda haber experimentado antes de la operación debe desaparecer de inmediato. Puede esperar sentir algo de dolor como resultado de la operación en sí, pero esto no durará mucho. Se le ofrecerán medicamentos para aliviar el dolor cada pocas horas.

Después de la cirugía de reemplazo de cadera, deberá comunicarse con un médico de cabecera en caso de notar enrojecimiento, líquido o un aumento del dolor en la nueva articulación. Además, se le dará una cita ambulatoria para verificar su progreso, generalmente de 6 a 8 semanas después de su reemplazo de cadera.

Consejos para el cuidado de su nueva cadera

  1. Evitar doblar la cadera más de 90° durante cualquier actividad
  2. Evitar torcer la cadera
  3. No girar sobre su pie
  4. Dar pequeños pasos al dar la vuelta
  5. No aplicar presión sobre la herida en las primeras etapas
  6. Evitar acostarse de lado
  7. No cruzar las piernas una sobre la otra
  8. Evitar las sillas bajas y los asientos de inodoro bajos

 

Deberá tener mucho cuidado para evitar caídas en las primeras semanas después de la cirugía, ya que esto podría dañar su cadera. Use cualquier ayuda para caminar, como muletas, un bastón o un andador según las indicaciones. Tenga mucho cuidado en las escaleras y en la cocina y el baño, ya que estos son lugares comunes donde las personas pueden sufrir caídas accidentales.

Hay muchos factores que pueden afectar a la rapidez con la que vuelve a la normalidad, como la edad, la condición física, el estado de sus articulaciones y músculos, el trabajo o las actividades que realiza. Cada paciente se recupera de manera diferente, pero a menudo es posible volver a las actividades ligeras o al trabajo de oficina en unas 6 semanas. Puede tomar algunas semanas más si su trabajo implica levantar objetos pesados. Lo mejor es evitar los movimientos extremos o los deportes en los que hay riesgo de caída. 6 semanas suele ser también el tiempo que deberá esperar tras la operación para volver a conducir, aunque al principio puede ser complicado entrar y salir del automóvil.

Con respecto a la vida sexual, si antes le resultaba difícil tener relaciones debido al dolor, es posible que la operación le dé un impulso. Su cirujano puede aconsejarle cuándo puede volver a tener relaciones sexuales, siempre con cuidado, normalmente después de 6 a 8 semanas. Evite el sexo vigoroso y las posiciones más extremas.

 

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