La Opinión de Murcia

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Agua

La excesiva regulación de la cuenca del Segura deteriora cauces y riberas

La Confederación derribará presas, motas o cauces que estén obsoletos

Río Segura, a su paso por Murcia. | ISRAEL SÁNCHEZ

La cuenca del Segura es la más regulada de Europa. La mitad del agua que circula en superficie se encuentra afectada por presiones hidromorfológicas, es decir, que estos volúmenes están condicionados por canalizaciones, protecciones de márgenes, azudes, presas y vados. La Confederación Hidrográfica del Segura reconoce que el «deterioro hidromorfológico del espacio fluvial y ribereño, así como de los lagos y zonas húmedas de la demarcación, e incluso de su litoral costero, es muy importante».

El problema parte de la «elevada regulación» hidrológica y alteración de la morfología de la cuenca, «con un importante número de las infraestructuras destinadas al riego, al abastecimiento, así como a la laminación y protección frente a las avenidas». La CHS espera «una reducción de las barreras infranqueables» en el próximo ciclo de planificación, «o al menos la mejora en la permeabilidad de algunas de ellas».

En cuanto a la distribución geográfica de las presas, azudes, y diques en masas de agua superficial, el mayor número de ellos se localiza en el tramo del río Mundo hasta el Segura, además de los principales afluentes de la margen derecha del Segura. En definitiva, «las zonas que históricamente han mostrado mayor disponibilidad de recursos superficiales» necesitan regular los caudales que llegan para aprovecharlos al máximo. A esto se suman zonas de laminación de avenidas y protección poblaciones con más habitantes. Esta suma de infraestructuras se hallan más en las comarcas de la Vega Media y Baja del Segura.

La CHS prevé demoler algunas infraestructuras obsoletas «como motas o azudes en desuso que interrumpen la continuidad longitudinal y lateral de nuestros ríos».

Las medidas de restauración ambiental tienen, en general, «una relación coste/beneficio claramente favorable», a lo que se suma un efecto de mitigación del riesgo de inundación y de contribución al logro de los objetivos ambientales exigibles en 2027, cuando todas las medidas deben estas completadas.

En la cuenca se plantean actuaciones concretas sobre varios tramos de ríos o ramblas «deteriorados «que no están en buen estado ecológico y necesitan una restauración hidromorfológica. Estas medidas que prevé el organismo de cuenca se proyecto en «prácticamente toda la demarcación».

Como elemento complementario, constituye un objetivo de este plan impulsar la delimitación del dominio público hidráulico con base a la experiencia acumulada en los últimos años. Precisamente se ha evidenciado la necesidad de recuperar la red de drenajes del Campo de Cartagena con la restauración de canales, vías de desagüe y ramblas por el mal estado en el que se encuentran y que favorecen las escorrentías superficiales que llegan al Mar Menor.

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