La cooperativa agraria la Vega de Cieza, asociada a la Federación de Cooperativas Agrarias de la Región de Murcia (Fecoam), inauguró la pasada semana la ampliación y mejora de sus instalaciones.

Así, el presidente de la cooperativa, Pascual Hortelano, reunió a los socios de la firma ciezana para explicar las mejoras que se han realizado en los últimos meses tanto en los espacios de recepción y embalaje como en infraestructuras de energía solar, con el fin de optimizar los recursos y apostar por la sostenibilidad.

Hortelano estuvo acompañado durante el acto de presentación por el presidente de Fecoam, Santiago Martínez, así como el responsable de la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica, Miguel Ángel Martínez-Aroca, así como el equipo de la Vega de Cieza.

Como explicó Pascual Hortelano, las mejoras necesarias están encaminadas a que «sirvan a los socios de la cooperativa para estar preparados para el mercado y poder dar salida a nuestra producción de la mejor manera posible».

Hortelano recordó que el mercado está sufriendo situaciones extremas y que «está en juego el modelo productivo actual». «Los modelos que se quieren poner en marcha chocan con nuestro sistema de trabajo de pequeños y medianos agricultores y es por ello que la cooperativa es esencial para ser competitivos, porque a nivel individual no seríamos nada».

Trabajo y crecimiento constante

La cooperativa Vega de Cieza se constituyó en 1993 a raíz de la grave crisis de precios del año 1992. Un pequeño grupo de agricultores se unieron buscando la fuerza del grupo, para poder comercializar mejor sus productos llegando directamente al mercado e intentar de esa forma rentabilizar la venta de sus frutas.

Después de 4 años creciendo en número de asociados y de conseguir el reconocimiento de Organización de Productores, la empresa construye en 1997 sus primeras instalaciones propias, con 2.000 m2 donde poder manipular la fruta por primera vez con recursos propios.

Además del cultivo del melocotón amarillo, su producto principal, amplían la carta con variedades tempranas de mayo y junio de albaricoques, melocotón rojo, paraguayo y nectarina, «que se recolectan en una franja de calendario donde la competencia de otras regiones es menos agresiva y donde los precios de venta permiten a los productores seguir cultivando sin que la competencia los deje fuera del mercado», explican desde la cooperativa ciezana.

Tras un rápido crecimiento en volumen, en 2004 la cooperativa comienza a demandar cada vez más recursos de producción y realiza una importante ampliación de sus instalaciones pasando a 8.000 m2. Además, los socios impulsan el cultivo de variedades de frutas modernas y más atractivas para el mercado, adaptándose a los nuevos mercados.

En 2015 incorporan el Kaki Rojo Brillante que permite a la empresa desarrollar actividad a contraestación de la fruta de hueso y un año más tarde, debido a la necesidad de mayor instalaciones, la cooperativa diversifica la actividad en un segundo almacén en el municipio de Abarán en unas nuevas instalaciones 3.000 m2, con las que siguen creciendo y mejorando el servicio. Actualmente, este centro cuenta ya con 12.000 m2 que hacen posible manipular y comercializar con calidad la totalidad de la producción de la empresa.

En la actualidad, la cooperativa ha consolidado un volumen de 21.000 toneladas de las diferentes frutas de hueso principalmente convencionales pero también ecológicas además de 2.500Tns de Kaki y una plantilla de especialistas estable. Todos estos recursos ofrecen a los clientes de la empresa una opción segura de suministro, con calidad y puntualidad los 12 meses del año.

«Tenemos que seguir impulsando el modelo cooperativo, tanto por nosotros como por las nuevas generaciones que se están incorporando», añadió el presidente de la Vega de Cieza.

Por su parte, el presidente de Fecoam, Santiago Martínez, comenzó felicitando a todos los socios de la cooperativa «por el esfuerzo y trabajo que han realizado para que este proyecto sea hoy un éxito y una realidad sostenible» y recordó los beneficios de «impulsar las economías verdad, tanto por el beneficio económico, como por cuidado del entorno natural».

Martínez recordó la importancia de la agricultura como «motor económico en la zona de Cieza» y la necesidad de «adaptarnos a la situación actual para no quedarnos atrás». Reivindicó también el papel de las cooperativas «para afrontar juntos el futuro y poder continuar con la actividad».

Compromiso ético y ahorro económico de la fotovoltaica

También intervino durante el acto Miguel Ángel Martínez-Aroca, presidente de la Asociación Anpier, quien explicó a los socios de la Vega de Cieza «las ventajas innegables de apostar por las energías renovables». Martínez-Aroca destacó el componente ético que supone optar por instalaciones fotovoltaicas como la que han instalado en la cooperativa ciezana porque «es responsabilidad de todos colaborar con el cuidado del entorno y del planeta si queremos que sea habitable para las generaciones futuras».

Asimismo, resaltó el ahorro económico que va a suponer para los socios de la cooperativa contar con una instalación fotovoltaica, «pudiendo amortizar la inversión en 5 años».

A continuación se realizó una visita con todos los socios por los nuevos espacios que ya están disponibles para ser utilizados de cara a la nueva campaña de fruta de hueso que comenzará en unos días.

Entre las instalaciones que se han optimizado estarían diferentes cámaras frigoríficas, nuevas líneas de transporte y selección y la mejora de los muelles de descarga.

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