Las intensas lluvias de las últimas semanas han imposibilitado la entrada en las fincas agrícolas por la cantidad de barro que hace inviable incluso la utilización de maquinaria. Esto tiene como consecuencias que los agricultores no pueden emplear tratamientos fitosanitarios en las plantas ante un problema que llega ahora como el aumento de plagas por la humedad y el agua encharcada y los hongos, hasta el punto que se calculan numerosas pérdidas en las cosechas de hortalizas, frutas de hueso, cultivos de secano, etc.
Ante esto, la organización agraria Coag demanda sentar a las administraciones estatal y regional para regular el uso de drones con fitosanitarios y estudiar qué tratamientos podrían aplicarse de forma aérea.
La coordinadora agraria está en contacto con la Consejería de Agricultura, ya que son las comunidades las que pueden autorizar el uso de estos aparatos en contadas ocasiones muy limitadas para fumigar, y quiere reunirse con la Delegación del Gobierno para que interceda ante el Ministerio de Agricultura. El uso de esta tecnología «ayudaría a combatir los efectos de la humedad» que puede ser perjudicial ahora con las lluvias. «Creemos que el dron ha venido para quedarse pero hay que desarrollar su técnica. Hay pocas empresas que puedan ofrecer estos servicios y necesitamos drones adaptados a cada tipo de cultivo. Tenemos claro que habría una alta demanda», señala Francisco Gil, de Coag Murcia.
«Madrid ya llega con retraso», en alusión a la normativa prohibitiva estatal en el uso de estos aparatos para plaguicidas. Desde la empresa RMDrones calculan que un equipo medio de estos aparatos podría costar unos 15.000 euros, un precio económico para la rentabilidad que ofrecería, ya que permite concentrar la pulverización del líquido de una forma más precisa que con los métodos tradicionales de fumigación.
