La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, ha alertado este lunes de que los informes muestran que el sureste español contará para 2050 con un 40 % menos de recursos hídricos que en la actualidad, una pérdida de más de 15 puntos porcentuales respecto al resto de España, donde esos recursos se reducirán, de media, en un 24 %.

"Nos vamos a tener que manejar en escenarios extremos", ha afirmado la ministra en la presentación del Diálogo sobre el Futuro del Agua, celebrado en Alicante, y en el que participan, entre otros, representantes de la Unión Europea, la Generalitat Valenciana y el Ayuntamiento de Alicante.

Ribera ha sostenido que existe una "gran diferencia con ejercicios de planificación pasados", porque en estos momentos "hay que estar preparados para escenarios de inundaciones o de sequía máxima", al tiempo que ha declarado que las alteraciones son "muy significativas", por lo que, de manera paralela, debe haber "una revisión permanente de las infraestructuras necesarias para abordar las respuestas".

Ha destacado que hasta el 75 % de la península Ibérica podría estar en riesgo de desertificación, así como que 27 millones de españoles podrían vivir con escasez de agua en 2050, por lo que "si no hay medidas, las sequías afectarán a un 70 % más del territorio en 30 años".

Interconexión

Ha sostenido que la "gran apuesta hídrica" del Gobierno debe ser "garantizar la buena interconexión entre todos los volúmenes en cada una de las cuencas" españolas, para conseguir que todas estén "perfectamente interconectadas", algo que "hoy por hoy no existe" y que se ha convertido "en un desafío para las confederaciones del Sureste, como el Júcar y el Segura".

Ribera ha señalado que el Ministerio trabaja, además, "para que la capacidad de reutilización, de desalación o de aportes de agua a través de trasvase o de los propios ríos" consigan una interconexión para lograr "que no haya un rincón sometido con estrés hídrico".

La ministra ha resaltado que ahora es momento para "pensar en el hoy y en el mañana, pero también en el pasado mañana y en los próximos diez años", porque, ha reivindicado, "hay inteligencia en gestión", pero también "digitalización, mejoras en cultivos adaptativos, prevención de inundaciones y una mayor eficiencia".