Las playas al sur de La Manga que miran al Mar Menor han amanecido esta mañana con más ejemplares de peces y crustáceos muertos en la orilla, en su mayoría de pequeño tamaño, pero que ha obligado a movilizar a las brigadas de limpieza de la Comunidad. La playa de Cavanna, de los Alemanes, el entorno de la gola de Marchamalo, en la Isla del Ciervo o en la Cala del Pino, dentro del territorio municipal de Cartagena, son las zonas donde las corrientes han arrastrado los cuerpos de cientos de peces que ya está investigando el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil. Los agentes se personaron junto a las brigadas de la Consejería de Medio Ambiente para inspeccionar y tomar muestras de los ejemplares.

En este tramo de La Manga ya aparecieron también ayer por la mañana otros tantos cientos de ejemplares muertos, que se suman al grueso de cadáveres retirados de las playas de Islas Menores, Los Nietos o Los Urrutias. Los trabajos de monitoreo realizados por el grupo de Ecología de la Universidad de Murcia, cuyo investigador principal es el catedrático Ángel Pérez Ruzafa, determinaron ayer que el origen de la muerte masiva de peces y otras especies fue una «hipoxia detectada en dos puntos concretos en los que el nivel de oxígeno era ligeramente escaso", por debajo de lo que necesitan los animales para sobrevivir en el entorno. Estos dos puntos se hallaron en el centro de la laguna y junto al canal del Estacio, unas zonas donde también hoy se están llevando a cabo toma de muestras del agua para medir los parámetros de calidad, así como otras en todo el perímetro de la laguna para detectar posibles zonas con baja concentración de oxígeno en el agua.

Los propios vecinos de las playas de La Manga denunciaban la situación que se volvía a repetir en esta franja del Mar Menor por segundo día consecutivo con la aparición de más cadáveres de alevines. Desde distintas organizaciones ecologistas apuntan a un nuevo episodio de anoxia en la laguna, no de la magnitud como el ocurrido en 2019, pero sí debido a la alta concentración de nutrientes en la columna de agua y no tanto por las altas temperaturas registradas, como apuntaban los portavoces del comité científico del Mar Menor hace unos días.