El sistema educativo de la Región de Murcia no está logrando reducir las desigualdades entre los hijos de la población inmigrante y aquellos de familias murcianas. En el primer caso se sigue constatando a día de hoy que esos menores obtienen títulos académicos superiores en menor medida y que por ello acaban partiendo con desventaja en el mundo laboral. «Esto ha dejado de ser un reto para el futuro, las poblaciones inmigrantes en la Región llevan asentadas aquí desde hace más de 30 años. Aunque el sistema educativo defiende la igualdad de oportunidades, esto no se caba consiguiendo», señala Isabel Cutillas, profesora de la Universidad de Murcia e investigadora en la sociología de la inmigración.

Los niños de origen inmigrante en la Región de Murcia representan el 15% de los alumnos matriculados en Primaria, un 8% de los que estudian en Bachillerato y un escaso 3% de los que se acaban formando en estudios superiores como en la universidad. «Esto es la señal de que el alumnado inmigrante termina expulsado del sistema educativo antes de tiempo». El abandono escolar acaba afectando en mayor medida a los hombres antes que a las mujeres por su insercción en sectores como la agricultura o la construcción: «Si vemos que estos hijos no están titulando en la misma medida que los autóctonos, estamos reproduciendo el mercado de trabajo, están llamados a ocupar el mismo puesto que sus padres», remarca la experta en Sociología.

Cutillas pone el acento en la distribución desigual de la población inmigrante en los barrios o municipios de la Región de Murcia. En algunas zonas urbanas tiende a concentrarse una población extranjera que escolariza a los hijos en los centros más cercanos, y esto tiene dos fenómenos paralelos para la socióloga: la marcha de la población murciana de esos barrios y la menor presencia de niños autóctonos en las escuelas públicas de esas zonas con alta población inmigrante. Las familias murcianas de clase media que residen en esos barrios son las que, en mayor medida, han optado por la escuela concertada: «Vemos una mayor salida hacia otro tipo de escuelas de clases medias o más formadas».

Cutillas no cree que el factor determinante aquí sea el rechazo a los ciudadanos inmigrantes por miedo a ellos, sino por la creencia infundada de que la escolarización de menores extanjeros en la escuela pública implicará una mayor demanda de recursos por parte de estos niños para los idiomas o por necesidades de refuerzo educativo. «Hay más miedo, no a la diversidad, sino a que tenga un impacto negativo en la calidad educativa del centro, algo que han desmontado los estudios educativos».

Mayor tasa de éxito en mujeres

La tasa de éxito entre las mujeres inmigrantes en etapas de enseñanza como la universidad, o cómo directamente escalan en el sistema educativo sin abandonarlo, se debe al mercado productivo de la Región: «Un mercado muy masculinizado y donde la inserción laboral de las mujeres inmigrantes es más difícil». Cutillas remarca que no hay un perfil de mujer extranjera que titula en la universidad, pero sí señala que hay una presencia alta en carreras educativas o en idiomas como Traducción e Interpretación.