Tras casi un año de pandemia, ¿cree que las cooperativas de enseñanza han conseguido adaptarse a la nueva situación?

El compromiso de todos los docentes, no sólo los docentes cooperativos, ha sido espectacular. Se han adoptado decenas de medidas con el único objetivo de asegurar el cuidado en el ámbito sanitario de todo el alumnado. Esta ha sido la gran preocupación que se ha tenido, especialmente en el comienzo de este curso. El resultado ha sido que apenas un 0,5 % de todo el alumnado en enseñanzas obligatorias se ha visto inmerso en situaciones de confinamiento. Aunque es cierto que la vuelta de vacaciones de Navidad incrementó los datos, no es menos cierto que muchos de estos alumnos y maestros, maestras o profesores no llegaron ni a volver a clase, pues se produjeron en el periodo vacacional.

En lo que respecta a las enseñanzas, nuevamente el compromiso ha sido absoluto. Adaptarse a una enseñanza online, casi de repente, e intentar evitar una caída de los conceptos a estudiar para que el alumnado no perdiera ritmo de estudio, intentando al mismo tiempo conocer los entresijos de unos modelos educativos no utilizados hasta la fecha, también es digno de elogio para todo, insisto, todo el profesorado de la Región de Murcia, público y concertado.

¿Con qué medidas afronta Ucoerm la apuesta por la digitalización y modernización de dichas cooperativas?

Desde Ucoerm hemos trabajado los últimos años en congresos de innovación educativa, con ponencias, talleres y experiencias precisamente de ámbito tecnológico, lo que ha servido para, ante esta situación, tener ya una base y unos conocimientos en nuevas tecnologías. Siempre hemos pensado que es responsabilidad de los políticos, pero también de las organizaciones representativas, anticiparnos a los cambios que se van a producir, no sólo gestionarlos, porque si es así ya llegamos tarde. Esta situación casi que nos ha desbordado. Ha anticipado lo que seguramente se iba a producir en los próximos diez años, tanto en el ámbito educativo como social y empresarial.

Llevamos mucho tiempo realizando cursos formativos en nuevas tecnologías. Pero es ahora cuando vamos a poner en marcha un proyecto que ha sido seleccionado por el Fondo Social Europeo en la Convocatoria de CEPES en el marco del POISES, para formar a más de 1.000 docentes cooperativos en los más modernos programas y técnicas educativas en el ámbito de la digitalización. Vamos a conocer de primera mano, a través de un test, el nivel de todos los docentes del sector cooperativo y a llevar a cabo una formación ad hoc para cada grupo. En este proyecto colabora la Consejería de Educación, la Universidad de Murcia y la Editorial Edelvives. El objetivo final es ofrecer la mejor calidad educativa, el mejor uso de las tecnologías y tener a los docentes más preparados de la Región.

Hablemos de la ‘Ley Celáa’. Tras la preocupación inicial, ¿en qué situación cree que se encuentra hoy la escuela cooperativa? ¿Espera cambios favorables?

Creo que la Ley Celaá ha entrado en una situación de espera tras los reveses jurídicos que deben resolverse. En todo caso, en esta calma tensa, tenemos que valorar muy positivamente el compromiso de la Consejería de Educación, y por supuesto del presidente del Gobierno regional con la escuela concertada, y en especial con la escuela cooperativa. Siempre he defendido la necesidad de un ‘Pacto por la Educación’, recordando que las cooperativas se caracterizan por un principio de pluralidad ideológica de sus miembros y de que las cooperativas como modelo educativo fomentan los valores de democracia, solidaridad, participación, cooperación y transparencia.

Nos preocupa la situación que se pueda generar respecto de algunos apartados, como en el caso de Educación Infantil de 0 a 3 años, o lo que se entiende como distrito único que pudiera perderse porque esto garantiza la voluntad de los padres a elegir centro educativo. Hay que recordar que en nuestra Región el 95% de los alumnos y alumnas estudian en el centro elegido en primera opción. En todo caso, esperemos siempre que predominen los acuerdos en beneficio de la educación.

Los datos de escolarización en edad infantil son preocupantes (35% de niños/as matriculados). ¿De qué manera cree que puede mejorarse este dato?

En este sentido, lo que me transmitió la ministra fue la voluntad de seguir creando o financiando plazas públicas (en centros educativos o en colaboración con las entidades locales) de este alumnado hasta llegar en unos años al 55%.

Hay que tener en cuenta que un buen número de familias no lleva a sus hijos de entre 0 a 3 años a ninguna escuela infantil, por tanto, ese 35% del total, o el 55% podría ser en realidad cerca del 75-80% de los que se quieran realmente escolarizar. Y esto sí puede ser un problema futuro para la escolarización en otros centros.

¿Qué futuro vislumbra en materia de Formación Profesional? Usted defiende como determinante el papel de la economía social en su desarrollo…

Es que la Formación Profesional tiene que recuperar el papel que el mundo empresarial le tiene reservado. Es bueno recordar que, mientras que en España estudian en Formación Profesional (aunque va incrementandose año tras año el número), aproximadamente un 35% de los alumnos que salen de la enseñanza obligatoria, en países como Alemania, el porcentaje está por encima del 60%. Se está haciendo un esfuerzo y un gran trabajo en nuestra Región, y quiero reconocer el trabajo del director de FP, Sergio López Barrancos, por incorporar nuevos ciclos formativos adaptados a las nuevas profesiones, tratando de visibilizar cada vez más la importancia de este nivel educativo. Creo que la Formación Profesional Dual debe y puede ser el instrumento que mejore la competitividad de nuestras empresas.

La incorporación de jóvenes formados en prácticas en las empresas y la posibilidad de quedarse trabajando en ellas puede solucionar el problema en las dos direcciones. Por un lado, la mejora de la empresa, y por otro, la generación de empleo para jóvenes cualificados. El Plan de Modernización de la Formación Profesional y la posible nueva Ley de Formación Profesional, quizá unido a un programa efectivo de incentivos profesionales, pueda dar sus frutos a corto plazo. Pero, ante todo, la sociedad debe participar en cambiar la mentalidad sobre el papel y las competencias de la Formación Profesional. No es la hermana pobre de la educación, sino todo lo contrario.

¿Cuáles son los retos que debe asumir la educación del presente, y especialmente la del futuro?

Estamos ante una situación complicada. Ante muchos retos. Entre ellos, la mejora de las competencias educativas; la reducción del fracaso escolar; la reducción del abandono escolar; la digitalización; el desafío del sector docente de transmitir las competencias y habilidades necesarias para el futuro del trabajo. Venimos diciendo que estamos enseñando de la misma manera que hace diez años, para prepararnos en trabajos que, posiblemente, los alumnos y alumnas que están hoy en Primaria, no van a conocer cuando salgan del instituto. Hay que enseñar en nuevas competencias: pensamiento crítico, capacidad analítica, creatividad, trabajo en equipo, empatía, compromiso, responsabilidad, confianza, y por supuesto competencias tecnológicas y digitalización, ya que todos los empleos del futuro tendrán que conocer estas competencias. En definitiva, enseñar valores y principios y apostar por un mundo más sostenible.

¿Hacia dónde cree que debe dirigirse la inversión económica en materia de educación?

La bajada de la natalidad nos permite poder reducir las ratios. Creo que esta sería la mejor medida para incrementar, además, la calidad educativa. Y por supuesto, que la Región disponga en su totalidad de una cobertura de acceso digital en todos los puntos, fomentaría la igualdad del alumnado e incluso evitaría la marcha o el abandono en muchos pueblos. Coincido con la Consejería en la necesidad de vacunar a todo el personal docente en contacto con el alumnado, pero también a colectivos como administración, limpieza, personal de comedor, de actividades extraescolares, etc.