La epidemia del coronavirus ha dejado ya más de un millar de muertes en la Región de Murcia desde que comenzó en marzo del año pasado y, aunque a veces no somos conscientes de la magnitud de esta enfermedad, historias como la que se ha vivido en Caravaca de la Cruz arrojan un golpe de la dura realidad a la población. La covid-19 ha separado al matrimonio formado por Juan García y Carmen Sánchez, que, tras 52 años casados, descansan para siempre juntos desde el pasado 1 de febrero. A los 75 años de edad, ella falleció a causa del virus a las ocho de la tarde en el Hospital Comarcal del Noroeste. Sobre la una de la madrugada, tan solo cinco horas después y en la misma habitación de hospital que ella, él tampoco pudo resistir más y expiró, con 77 años.

Ambos habían ingresado en el mismo cuarto del hospital caravaqueño el miércoles 27 de enero tras ser diagnosticados con covid-19 y pasar varios días con molestias en su hogar, donde permanecieron antes de empeorar y ser trasladados al centro sanitario. Sus allegados confiaron en que la enfermedad pasaría sin dejar más mella, pero tristemente la realidad fue otra. Carmen falleció el pasado lunes y su marido Juan lo hacía tan solo cinco horas después, ya en la madrugada del día dos.

'Bondad y honestidad' son las dos palabras que definieron a lo largo de toda su vida a Juan García y a su mujer Carmen Sánchez, vecinos de Caravaca de la Cruz y que ya descansan en el lugar reservado para la gente buena.

Tras más de 52 años casados, cuidar y educar a sus tres hijas (Antonia, Carmen e Inma), había llegado el momento de mimar y cuidar a sus cuatro nietos, pero la vida da vuelcos inesperados y la covid-19 cercenó todas sus ilusiones.

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Juan fue repartidor durante muchos años; posteriormente, y hasta su jubilación, trabajó como conserje del Castillo y Real Basílica de la Santísima y Vera Cruz. En un comunicado emitido por la Cofradía de la Vera Cruz ponían de manifiesto que siempre fue una persona entregada a su trabajo, que desempeñaba con total profesionalidad y dedicación.

En este sentido inciden que «siempre mostró una sincera y sólida devoción a nuestra Excelsa Patrona, siendo Ella la causa principal de su motivación laboral». Por último, desde la institución religiosa han encomendado sus almas al Señor «con la certeza de que ya gozan de la eterna bienaventuranza junto al Padre y le pedimos que dé consuelo y entereza a la familia en tan difícil circunstancia haciéndoles llegar todo nuestro cariño y cercanía».

Tras el anuncio del fallecimiento del matrimonio, los mensajes de condolencia de amigos, allegados y vecinos, no se hicieron esperar en las redes sociales.