El primero de los concursos que celebra el Bando es el de Caballo a Pelo. Se trata de la primera jornada de las Fiestas, el 1 de Mayo, y la primera en la que se muestran a los caballos de las diferentes peñas en su totalidad. Si en el día 2 de Mayo el caballo se hace a las calles engalanado con el artístico manto, en éste día 1 el animal se muestra en su estado más natural y salvaje, con el cabello al viento, pero aseado, con el pelaje brillante y adornado con trenzas, crin alisada o cualquier otro peinado que su peña con esmero le elabore.

Comienza por la tarde con un pasacalles en la Gran Vía de Caravaca en el que las peñas caballistas desfilan portando a sus caballos y yeguas, mostrándolos al gran público en todo su esplendor y majestuosidad. A algunos les hacen galopar para exhibir una pequeña muestra de su fuerza, a otros les pasean con calma para que su belleza pueda ser contemplada con más detenimiento; todo ello enmarcado en la alegría de las peñas y la música de las bandas que acompañan a los animales.

En el recorrido se hace una pequeña prueba de la Carrera que tendrá lugar al día siguiente en la cuesta del Castillo. Este ensayo tiene lugar en la calle Gregorio Javier, junto a la parroquia de El Salvador, y se hace con las mismas características que la carrera oficial, es decir, con cuatro caballistas asidos al animal.

El pasacalles conduce a la Plaza del Hoyo, donde los caballos se someten al escrutinio de los jueces del Bando de los Caballos del Vino, los cuales nombran a los caballos que mejor lucen, los más destacables, y les entregan los trofeos a las Peñas ganadoras. Tras el trajín del Caballo a Pelo, los animales son retirados a sus establos y fincas para descansar, pues a la mañana siguiente volverán a ser los protagonistas absolutos de las festividades.

El concurso de Caballo a pelo es el más moderno de los tres. Se creó en 1980, apareciendo por primera vez anunciado en el programa de fiestas de 1981. Tiene lugar en la popular Plaza del Hoyo, hoy denominada de los Caballos del Vino, tras un animado pasacalles en el que los caballos, acompañados de sus correspondientes peñas, recorren parte de la población para dirigirse al lugar del concurso.