Desde que tomara posesión como presidenta del Ilustre Colegio Oficial de Veterinaria de la Región de Murcia el pasado 27 de julio, Teresa López trabaja junto a todo su equipo para actualizar de manera progresiva al sector de la Veterinaria, cuyas labores aún no son valoradas con la importancia que merece por la mayoría de la sociedad. La máxima representante de esta organización analiza la situación actual de este sector, marcada también por la crisis del coronavirus, y anima a encarar el futuro con ilusión y responsabilidad.

¿Qué balance puede hacer de sus primeros cuatro meses el frente del Colegio de Veterinarios de la Región?

La situación está siendo un poco complicada. Un tren en marcha no se puede parar en seco, hay que ir frenando gradualmente. El Colegio de Veterinaria de la Región lleva funcionando los últimos 30 años con una dinámica que no se ajusta a lo que queremos, pero la idea es modificar y revisar asuntos poco a poco, actualizando convenios con distintas entidades.

Yo no me considero presidencialista, y como de todo no puedo saber cuento con la ayuda de mi equipo, formado por casi 70 veterinarios. Hace escasos días se aprobaron los presupuestos para el 2021, y es algo que recibimos con mucha alegría. Es una muestra de que los veterinarios confían en que los presupuestos que planteamos son buenos para el sector.

¿Reconoce la sociedad la labor que desempeñan actualmente los veterinarios?

Creo que para nada es consciente de la labor que hacemos. A día de hoy todavía me preguntan dónde tengo la clínica cuando digo que soy veterinaria. En veterinaria se trabaja también para garantizar la salud de los animales de producción que luego se consumen. La gente no sabe que trabajamos a pie de granja, ni en las propias fábricas de producción de alimentos para animales, ni en la administración pública, ni en el sector de la educación.

Si la gente supiese todo eso se reconocería mucho más nuestra labor. La sociedad no sabe que detrás de que un alimento llegue en buenas condiciones al consumidor siempre hay un veterinario. Unos de mis grandes retos es visibilizar esta profesión.

¿A qué retos y desafíos se enfrentan los veterinarios actualmente?

Nos enfrentamos a muchos problemas de competencia de otras carreras. De bienestar animal solo sabemos nosotros, que somos los que estudiamos fisiología animal o anatomía aplicada. Otro de los retos es que en esta profesión hay que formarse continuamente. Queremos además que el Colegio sea próximo a sus profesionales y que sientan que es su casa. Es difícil porque somos más de 1.020 colegiados, pero aunque sea difícil intentamos recoger los intereses de cada uno.

¿En qué consiste la campaña que pone en marcha el Colegio esta Navidad?

Tenemos presencia en radio tanto para explicar a la sociedad que detrás de cada alimento estamos nosotros, y que los animales de compañía no son juguetes, antes hay que consultar a un veterinario para estar seguro de que las condiciones que se le dan son las óptimas.

¿Cómo está afectando la crisis económica a los veterinarios?

Al comienzo de esta situación nos temíamos lo peor, pero con el paso de los meses hemos visto que no se ha notado mucho, porque al final la gente se ha dado cuenta, por ejemplo, de las necesidades de sus mascotas, y el impacto sobre las clínicas no ha sido tan malo. El resto del sector veterinario ha seguido trabajando sin parar, en los distintos puestos que ocupamos en el tejido empresarial. Somos una profesión esencial.

¿Porqué los veterinarios no han participado con mayor relevancia en la crisis sanitaria de la covid-19?

Eso sigue siendo un problema de visibilidad. La sociedad sigue sin saber todo el trabajo que hacemos. Los médicos curan individuos, y nosotros nos encargamos de controles de población. Hay una frase de Louis Pasteur que me encanta y creo que refleja muy bien la situación actual: «El médico se ha ocupado históricamente de cuidar del hombre, y el veterinario lo ha hecho de la humanidad».

¿Hacia dónde se dirige el futuro de la profesión veterinaria tanto a corto como a medio plazo?

Buscamos el reconocimiento por parte de las administraciones públicas de lo que somos y la función que cumplimos. En España hay un problema y es que tenemos 13 facultades de Veterinaria, y esa cantidad bestial de veterinarios hace que los sueldos de los profesionales sean bajos. Nos merecemos una remuneración económica acorde a la cantidad de responsabilidad que tenemos. También se deberían abrir los nichos de trabajo, como es el caso del Medio Ambiente.

¿Qué le piden los veterinarios al próximos año 2021?

Paz (entre risas). Pero sobre todo un poco de reconocimiento a nuestro trabajo por parte de la sociedad y que esta sea responsable en su trato con los animales de compañía. No solo tienen que ser conscientes del esfuerzo económico que una mascota conlleva, sino también saber que los servicios en materia de salud que ofrece el sector de la veterinaria conlleva beneficios no solo para las propias mascotas, por supuesto, sino que también acaban por repercutir de manera positiva en el ser humano.