Se tiende a pensar que, si una persona es menor de 65 años y carece de patologías previas, está fuera de peligro si llega a contagiarse de covid-19. Casos como el del murciano Enrique García deberían valer para tanta gente que desoye las advertencias de las autoridades sanitarias. Enfermó en marzo, estuvo tres meses en la UCI, dos de los cuales en coma, y a día de hoy no puede caminar sin ayuda de sus muletas. «Sigo luchando para recuperar mi vida», comenta. Actitud no le falta.

No da el supuesto perfil de paciente en UCI por covid.

La verdad es que no. No tengo patologías previas, salía a correr todos los días, iba al gimnasio... Ni siquiera había pasado por el quirófano. En este aspecto, me siento bastante engañado porque cuando se empezó a hablar del covid se decía que no era peligroso, que era como una gripe. Estaba tranquilo. Precisamente yo, que no he pasado la gripe en mi vida. Estaba relajado.

Y en marzo se contagió.

El fin de semana del 8 de marzo. Ese domingo estaba en Madrid, donde trabajo, la semana siguiente, el jueves, bajé a Murcia para ver a mis hijos y empecé con los primeros síntomas.

¿Cuáles fueron?

Me dio fiebre en el coche, de camino. Así que al llegar decidí aislarme y llamé al teléfono Covid de la Consejería de Salud. Me dijeron que me fuera autocontrolando y que no fuera a Urgencias. Al principio me hicieron un seguimiento, pero a los días dejaron de llamarme. El sábado la fiebre me subió a 39,5º y me sentía bastante mal, así que me fui a Urgencias y me hicieron la prueba. Positivo. Con el diagnóstico, decidió aislarme aún más y me fui solo a una casa familiar en Torrevieja. El martes siguiente, de madrugada, además de la fiebre alta, comencé con disnea. Me faltaba la respiración y me asusté, por lo que me fui a Urgencias en Los Arcos.

Allí sí que te quedaste ingresado.

Me hicieron una radiografía del pecho y vieron neumonía, así que me quedé allí con respiración asistida. Fui el que inauguró la planta covid. No puedo contar mucho más de Los Arcos porque tengo un lapsus. Recuerdo el ingreso y el momento en que me dijeron que no soportaba más tiempo la respiración asistida y que me tenían que inducir al coma. Dije que sí, firmé el consentimiento y llamé a mi familia para despedirme.

Familia a la que no podía ver desde hace días por el aislamiento. Ese momento tuvo que ser muy duro.

Fue un momento bastante emotivo, mi hijo y mi hija solo tienen 9 y 6 años.

¿Se despidió por si pasaba lo peor?

Sí. Les dije que me iban a inducir al coma y que no sabía si iba a salir.

Despertó mucho tiempo después.

Cerré los ojos en Los Arcos y volví a abrirlos 59 días después en la Arrixaca.

¿Qué pasó en ese lapso de tiempo?

En Los Arcos se complicó todo y me moría. Tenía una bronconeumonía bilateral, mis pulmones estaban destrozados. Mi familia se movilizó y consiguieron que me trasladaran a la Arrixaca para enchufarme a una ECMO (sistema de Oxigenación por Membrana Extracorpórea). Esta máquina me sacaba la sangre a presión por la femoral, la oxigenaba y me la volvía a introducir por la yugular. El problema del ECMO es que produce hemorragias y coágulos. Perdí mucha sangre por la boca y por la nariz, así que tuvieron que coserme la nariz y necesité de siete transfusiones.

Suerte que no se enteró de nada de esto. ¿Cómo estaba su familia?

Hecha polvo. Todos los días había un parte médico y la llamaban para informarla, pero no me podían ver ni visitarme. Imaginaban que no iba a sobrevivir pero, milagrosamente, desperté a mitad de mayo.

¿Qué pasó cuando abrió los ojos?

Llegó un médico y me lo contó todo, que había tenido mucha suerte y que había vuelto a nacer.

¿Cómo se sentía físicamente?

Fatal. Había perdido 30 kilos de peso, toda mi masa muscular y estaba inválido. Solo podía mover un poquito los brazos.

¿Cómo fueron esos primeros días tras renacer?

Hubo alegría porque ya no temía por mi vida. Sabía que estaba en buenas manos, las del equipo del doctor Jara, y solo pensaba en recuperarme. Mi cuerpo estaba destrozado tras dos meses en coma y con tanta medicación.

¿Cuánto tiempo tardó en salir de la UCI?

Dos semanas y media más. Y luego otra semana y pico en planta hasta que me dieron el alta el 2 de junio. En total, hospitalizado tres meses, dos de ellos en la UCI.

Pero el alta no significó que estaba recuperado.

Para nada, me fui a casa inválido, no podía ni levantarme. Me llevaron en ambulancia a casa y allí seguí encamado. El paso por la UCI me ha dejado graves secuelas de movilidad de cintura para abajo. Tengo el pie equino, ambos están dormidos, por esto tengo que llevar aparatos que me ayuden a caminar. Además, sufro de fibrosis pulmonar y, de estar tanto tiempo en coma, se me han calcificado la cadera y la rodilla. Ya me han operado de la primera.

En ese momento empieza la fase de rehabilitaciones.

Tuve que contratar a un fisioterapeuta porque los del Servicio Murciano de Salud no se trasladan a casa y, claro, yo no podía ni levantarme. Ahora que puedo moverme, voy yo. Combino tres días en el hospital y dos en clínica privada.

Además de sus problemas de movilidad, ¿tiene más secuelas?

A través de la consulta postUCI del Reina Sofía me han tratado neumólogos, por mis problemas respiratorios, y cardiólogos, ya que la covid me afectó a los músculos. Mi tejido nervioso también se ha visto afectado. Me ofrecieron ayuda psicológica, pero gracias a mi familia y a que soy muy positivo no la he necesitado.

Sorprende, tras conocer todo por lo que ha pasado.

Ya. La verdad es que la covid me ha destrozado la vida. No solo la salud. Yo tengo una consultora de arquitectura e ingeniería que está parada desde marzo. Cuando vuelva, tendré que empezar desde cero.

¿Qué le diría a todos aquellos que se comportan como si la covid no fuera con ellos?

En marzo, en una comida con gente del trabajo hice ese mismo comentario. Me arrepentiré toda la vida. Yo les diría que no son más fuertes que nadie. No está escrito a quién sí y a quién no les va a afectar esta enfermedad gravemente.

¿Cree que volverá a ser el de antes?

Estoy luchando precisamente para volver a mi vida normal.