La lucha integrada ha conseguido reducir considerablemente el uso de tratamientos químicos en los cultivos.
«El principal beneficio es que ya no se utilizan pesticidas ni insecticidas», admite Adolfo García, presidente de Fundación Ingenio, que agrupa a más de 10.000 agricultores y 45 empresas y cooperativas del Campo de Cartagena.
«Los agricultores de la zona llevamos más de 20 años aplicando este método de control natural de plagas, gracias al cual hemos conseguido eliminar los tratamientos fitosanitarios», señala.
La totalidad de los invernaderos y campos cubiertos aplican ya la lucha integrada, mientras que en explotaciones al aire libre puede llegar al 70%. «Depende del cultivo», reconoce el presidente de Fundación Ingenio.
Este método más sostenible y ecológico consiste en introducir depredadores naturales que se alimentan de los insectos que atacan a los cultivos. La idea no es eliminar por completo todos los organismos que atacan a las plantas, sino controlarlos.
Elegir bien los insectos
«Es importante elegir los insectos adecuados porque lógicamente, cada plaga tiene su depredador natural. Se compran unos envases que llevan comida y se sueltan en el cultivo», explica Adolfo García.
Algunas cooperativas que forman parte de Fundación Ingenio tienen su propia lucha integrada. «Se crean zonas de reserva de insectos para generar una fauna auxiliar propia que también ayuda a crear un micro ecosistema dentro de las fincas donde los bichos tienen refugio en momentos en los que no hay cultivo», precisa.
Además, se realizan sueltas periféricas para controlar la incidencia de plagas exterior y evitar tener que actuar con químicos de manera muy intensa.
Para Fundación Ingenio, promover una agricultura sostenible, no es solo un objetivo en el plan estratégico. «Es nuestro eje fundacional», reconoce Adolfo. «Por eso queremos alcanzar un agricultura sostenible, productiva, apoyada en la innovación y en la tecnificación y sustentada en el uso eficiente de los recursos y la conservación del medio ambiente», puntualiza.
En ese sentido, «los agricultores que forman parte de Fundación Ingenio, tienen claro que la conservación y el uso sostenible de la biodiversidad son un reto fundamental», asegura.
«Queremos mantener y conservar el mayor número de recursos fitogenéticos para asegurar la viabilidad de los cultivos ante un medio ambiente cada vez más cambiante», señala.
No obstante, la lucha integrada, como el resto de métodos para el control biológico de plagas, es un campo en continua innovación. «Es necesario seguir mejorando los conocimientos sobre la biodiversidad asociada y su función en la prestación de los servicios ecosistémicos», finaliza el presidente de Fundación Ingenio.
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