Agentes de Policía Local de la Región coinciden en que, especialmente en pueblos pequeños, «hacemos pocos controles y mal» para controlar tanto el toque de queda como que se salga o entre de los límites de todos y cada uno de los 45 municipios. Achacan esta realidad a una «pésima gestión de la seguridad pública», ya que «no es seguro hacer controles con solo dos policías», que son los que, en localidades como Alguazas, Ceutí y Lorquí, por ejemplo, trabajan por turno.

«No se pueden hacer controles por la falta de efectivos, ya que se pone en peligro la integridad de los agentes: los protocolos de seguridad recomiendan al menos dos patrullas, con cuatro agentes, para realizarlos con seguridad y eficacia», explican fuentes policiales, que aseguran que sufren una «situación lamentable y ridícula» por algo que no es nuevo: las carencias de personal, algo que también sucede en Las Torres de Cotillas.

Alcaldes de algunos de estos municipios consultados por LA OPINIÓN comprenden la situación de sus agentes. El de Ceutí, Juan Felipe Cano, admite que «estas medidas que se adoptan de hacer controles de acceso son inviables para los municipios que no tienen suficientes policías».

En el caso de su pueblo, la plantilla de la Policía Local está compuesta por 19 efectivos, de los cuales hay trabajando 14, «dos policías por turno», y «dependemos del cuartel de la Guardia Civil de Molina de Segura», también diezmado, «entre bajas y vacaciones», apunta el regidor. «Es un disparate», sentencia, «es imposible hacer controles, solo se hacen puntualmente».

Que entre o no entre gente del pueblo, por tanto, «es imposible de controlar» y todo «depende de la responsabilidad de las personas», hace hincapié.

Los agentes, además, han de acudir si se avisa de «un accidente, una violencia de género» o similar, aspotilla.

Cano, del Partido Popular, considera que «si tú quieres cerrar fronteras, lo que tienes que hacer es dotar de medios». Ceutí, en concreto, tiene «entrada por Alguazas, por Lorquí, por Molina... más los caminos de la huerta».

El primer edil tiene claro que las medidas que se están adoptando «son decisiones que se toman sin valorar las necesidades ni la repercusión» y, desde su punto de vista, «la solución» para frenar los contagios de coronavirus. El alcalde hace «un llamamiento a la Delegación del Gobierno, al Gobierno central y al regional» para que doten a su municipio de más medios.

Pasa lo mismo en la Comarca Oriental. Finabel Martínez, alcaldesa de Fortuna, destaca que en su localidad «se hacen algunos controles, no todos los que deberíamos, por falta de efectivos». La regidora, de Ciudadanos, se ha dirigido tanto a la Delegación del Gobierno en Murcia como al propio López Miras para exponer esta situación.

«Se lo trasladé al presidente de la Región y me dijo que se iba a reunir el consejero de Salud con Delegación», pero Fortuna sigue sin respuesta ni soluciones. «El presidente López Miras me dijo eso, que el consejero se iba a reunir con el delegado», insiste la alcaldesa del partido naranja.

Martínez detalla que cuenta con una docena de policías locales, aunque algunos no pueden trabajar por haber tenido contacto con un contagiado de coronavirus. Antes del toque de queda y de cerrar fronteras municipales, «nos mandaban de vez en cuando a un guardia civil del puesto de Cieza», algo que ya no ocurre.

Mismo problema en la Vega Alta del Segura. Pedro Luis Molina, alcalde de Blanca, explica que en su pueblo se llevan a cabo controles de movilidad «puntualmente», pero no todos los días.

«No es una cosa constante porque hay escasez de recursos», comenta. Revela que «hemos sancionado a gente, muy poca, que vemos que no son del municipio», una población de 7.000 habitantes en la que prácticamente se conoce todo el mundo. En Blanca hay 15 agentes de Policía Local, de una plantilla de 18 mermadas por las bajas, por lo que «si viéramos que la cosa va a más, pediríamos a la Delegación del Gobierno» más medios humanos. Mientras, «la gente está un poco asustada, sobre todo las personas mayores, porque ya hemos tenido dos fallecidos», afirma Molina, del PSOE.

Esta situación la auguraba la el alcalde de Totana, TotanaJuan José Cánovas, cuando su municipio fue devuelto a la fase 1, en verano. «No voy a hacer de Totana una jaula ni a militarizar el pueblo», decía entonces para añadir que «puede controlarse la A7, pero el municipio tiene varias entradas y cualquier calle tiene salida a caminos que van a cualquier lugar».