María José Belmonte, trabajadora social y coordinadora del dispositivo de violencia de género del 112 en la Región, dirige un equipo de cinco trabajadoras sociales.

P ¿Cómo es el protocolo que se activa desde que una víctima de violencia de género llama al 112?

R Este servicio es para atender emergencias, que es nuestra función principal. No hacemos un seguimiento a largo plazo, lo cual no quiere decir que una mujer no pueda llamar varias veces: entonces sí que se hace un seguimiento.

P ¿Os suelen llamar víctimas en el mismo momento en que están sufriendo el ataque?

R Sí, nos entran bastantes llamadas de señoras que marcan el 112 en el momento en que están sufriendo la agresión. El servicio está en un sistema conectada con la Policía y la Guardia Civil de cada zona, que ve a dónde hay que ir y actúa inmediatamente.

P ¿Se localiza de inmediato la llamada, aunque a la víctima no le haya dado tiempo a decir dónde se encuentra?

R Con un teléfono fijo es mucho más fácil hacer esa detección, nos sale de forma automática la ubicación. Aconsejamos que, si pueden llamar desde un fijo, lo hagan. Si no, que tengan instalada en el móvil de la app del 112 y así podemos localizar más rápido dónde está. Muchas veces se corta la llamada, pero quizás esa señora llamó en otro momento y precisó de asistencia sanitaria.

P Tras la asistencia inmediata, tanto sanitaria, como policial, llega el trabajo social...

R Nuestra actuación viene después, cuando nos podemos dedicar a la señora más tranquilamente y asesorarla. Ayudarla, para que ella vea su situación y cuál es la salida más óptima para ella. Hemos de garantizar que, cuando se cuelgue esa llamada, ella esté informada de todos los recursos. En el caso de detectar riesgo vital, se la lleva al centro de emergencia de atención a mujeres víctimas de violencia de género, que atiende a mujeres de cualquier punto de la Región. Algunas veces nos llaman desesperadas, diciendo 'tengo que salir de aquí'. Muchas mujeres no conocen los protocolos que marcan que, si tú pones una denuncia por violencia de género, el agresor va a quedar detenido y antes de 72 horas va a pasar a disposición judicial, donde se dictaría una orden de alejamiento.

P ¿Se da muchas veces el caso de mujeres que llaman y luego no quieren seguir adelante?

R Claro. La violencia de género hay que entenderla con la particularidad que tiene: el agresor pasa mucho tiempo invalidando a la mujer. O les dicen que les van a quitar a los niños y ellas se lo creen. Tenemos que desmontar todo un discurso que han interiorizado, desmontar esa estructura del miedo que tienen en su cabeza.

P ¿Cuántas llamadas se atienden de media al día?

R Depende de los días: algunos atendemos a veinte mujeres, otras veces a treinta. En verano se suelen disparar las llamadas.

P ¿Por qué?

R No sé si porque hay más convivencia... es una sensación interna, no está estudiado. Pero el calor dispara la violencia de género. Luego, por otra parte, los lunes por la mañana en apenas ocho horas atendemos a quince o veinte mujeres agredidas el fin de semana. El alcohol, la convivencia... los fines de semana hay muchísimos más casos.