Entre 1.100 y 1.300 bares han tenido que bajar la persiana por culpa de la pandemia, según las estimaciones del presidente de Hostemur, Jesús Jiménez. Las restricciones impuestas desde que se estableció el estado de alarma han castigado especialmente a las discotecas y los locales de ocio nocturno, que apenas si han tenido actividad. Ante las nuevas medidas que se están planteando ya en algunas comunidades, como el cierre de los establecimientos aplicado en Cataluña o el toque de queda que proponen otras regiones, el máximo responsable de la patronal regional de hostelería reclama actuaciones «quirúrgicas» y puntuales, que eviten un cerrojazo generalizado.

Jesús Jiménez pone en duda que los contagios se estén produciendo en la hostelería y recuerda que el ocio nocturno está cerrado desde el mes de julio, pero la clausura de las discotecas no ha servido para evitar la propagación del virus.

Recuerda que el propio consejero de Sanidad, Manuel Villegas, «lleva semanas diciendo que la mayoría de los contagios se está produciendo en los contactos en las empresa del campo», por lo que no entiende que las medidas más duras vayan orientadas al cierre de los establecimientos de hostelería.

«La Consejería sabe que hay sectores en los que no se están cumpliendo las cuarentenas, porque hay personas que o van a trabajar o se mueren de hambre», señaló. Sin embargo, destacó que durante los meses de verano no ha habido contagios en las poblaciones de la costa, a pesar de que algunos núcleos turísticos han llegado a tener una actividad importante, teniendo en cuenta las previsiones.

A juicio de Jesús Jiménez, «se están tomando medidas en el sector que no era», aunque prefiere no pronunciarse todavía sobre la posibilidad de que acaben prosperando las soluciones más polémicas que se han apuntado en los últimos días, como el cierre generalizado adoptado por Cataluña o el toque de queda que defiende Madrid.

«No creo que ninguna comunidad siga el ejemplo de Cataluña. La sociedad tendría que cargar con las consecuencias. ¿Quién va a pagar a los funcionarios si se cierra todo? Alguien tendrá que sostener a la Administración», alertó.

El presidente de Hostemur señala que «no es lo mismo Barcelona que un pueblo del Pirineo», por lo que no ve sentido a aplicar recetas de forma generalizada. «Incluso en Lorca se cerraron solo los locales del centro. Las medidas deben ser quirúrgicas», defendió.

Los primeros cierres

Augura que «esta segunda ola va a hacer mucho daño», porque «llevamos desde julio en plena oleada», y calcula que entre el 12% y el 15% de los 9.000 bares y restaurantes de la Región no han logrado sobrevivir a la crisis sanitaria. Los primeros establecimientos vacíos pudieron verse al acabar el confinamiento, cuando el sector empezó a recuperar la actividad, pero otros han ido desapareciendo en los meses siguientes.

El presidente de Hostemur recuerda que la peor parte se la han llevado las discotecas, «porque no todas pueden reconvertirse en cafeterías» para poder mantener algún tipo de actividad o han encontrado graves problemas, tal y como ha ocurrido en Murcia.

También advierte de que la consecuencia más inmediata del cierre de establecimientos es la pérdida de puestos de trabajo que desaparecen con cada local que baja la persiana.

Según sus estimaciones, en la Región hay más de 500 bares especializados, pero «son muy pocos los que no tienen posibilidades de abrir como cafeterías».

Calles para terrazas

Recuerda que, frente a las dificultades con la que han tropezado las empresas en algunos municipios, «hay ayuntamientos que han sido muy ágiles y han sido capaces de actuar rápidamente». Destacó especialmente la capacidad de respuesta de los consistorios «que han cerrado calles al tráfico» para que los bares pudieran ampliar sus terrazas, compensando así las restricciones aplicadas en el interior.

Las perspectivas para los próximos meses siguen siendo muy oscuras, aunque no lleguen a aplicarse las medidas sobre las que se ha especulado en los últimos días, dado que la hostelería tampoco puede confiar ya en la campaña de Navidad, mientras se mantengan prohibidos los encuentros de grupos con más de seis personas.

Tampoco olvida que las restricciones establecidas por la Consejería de Salud a las bodas hace que las parejas «se vayan a casarse a la provincia de Alicante, porque pueden tener 200 invitados».

La hostelería emplea en la Región a unas 35.000 personas de forma directa, aunque la caída de la actividad en todo el sector turístico se ha trasladado a otras empresas que aportan servicios complementarios.