Los regantes advierten de que el aumento de los caudales ecológicos del Tajo previstos para el nuevo Plan de Cuenca y la caída de las aportaciones que viene recibiendo la cabecera a causa del cambio climático ponen en peligro la viabilidad del Trasvase. El Sindicato Central del Acueducto (Scrats) presentó este martes un informe en el que se analizan los distintos escenarios a los que conducen las nuevas demandas del Tajo y alerta que de los caudales disponibles para riego pueden quedar reducidos a apenas 150 hectómetros cúbicos (hm3) anuales, frente a los 340 de media que se contemplan con las actuales reglas de explotación.

El presidente del Scrats, Lucas Jiménez, que presentó el informe en el que se sustentarán las alegaciones al Esquema de Temas Importantes (ETI) del Tajo, el documento previo al nuevo Plan de Cuenca en el que se establecen los objetivos para los próximos siete años, tampoco descarta que aumente la demanda del Canal de Isabel II, que abastece a Madrid, en 60 hm3 .

El Scrats calcula que el aumento del caudal ecológico en Aranjuez que contempla el ETI elevaría el volumen para uso ambiental en 78 hm3, que elevarían los desembalses para de la cuenca del Tajo de 365 a 443 hm3. Esta pérdida impediría aprobar trasvases unos cuatro o cinco meses al año, aunque el impacto del cambio climático aporta una mayor inseguridad, dado que la entrada a Entrepeñas y Buendía se ha reducido en unos 110 hm3 en los últimos diez años.

Lucas Jiménez da por hecho que, con más obligaciones y menos recursos, el Trasvase pasaría «mucho más tiempo en el Nivel 3, dependiendo de las decisiones del Ministerio para la Transición Ecológica».

De entada, el volumen a trasvasar podría verse reducido desde los 340 hectómetros cúbicos de media a los 271, con una caída del 20%. Sin embargo, teniendo en cuenta el impacto del cambio climático, el trasvase para riego podría verse reducido muchos años a apenas 150 hm3. A su juicio, esta situación, unida a los cambios en la regla de explotación que ha introducido el Ministerio este verano (que rebaja los desembalses del Nivel 2 de 38 a 27 hectómetros cúbicos mensuales) supondría «la pérdida de una infraestructura vital para la Región y para Levante».

Añadió que, sin embargo, los regantes «deben pagar por el uso del Acueducto como si estuvieran recibiendo los 600 hectómetros cúbicos» contemplados inicialmente, lo que encarece la tarifa del agua, y dejó claro que sus advertencias, no son «las del pastor del cuento del lobo».