El pasado lunes, día 21, falleció en el Hospital Morales Meseguer de Murcia, a la edad de 85 años, nuestro querido paisano Francisco López López, más conocido popularmente como Paco el Zocato, víctima de una larga enfermedad, al que sobreviven sus dos hermanos menores, Antonio y Nieves, y numerosos sobrinos, entre otros, el más próximo, Octavio, representando a todos ellos, sobrecogidos por su pérdida. Pero que, dadas sus especiales circunstancias personales y su mermada salud, ha sido mimosamente atendido durante este largo proceso por su amigo entrañable y su 'alma máter', José Antonio Saorín Rojo 'el Lirones', con el que ha mantenido desde siempre una relación, muy cercana.

¡Algo admirable y como para quitarse el sombrero! Secundado igualmente y al máximo nivel de exigencia y espíritu de servicio por los hermanos Isidro y Aníbal Yepes Guillamón, que han suplido con largueza sus carencias afectivas y atendido sus necesidades vitales, hasta las más delicadas, con la mayor entrega y diligencia.

Han sido muchas las actividades, en su larga vida que le han marcado de forma preeminente. Pero el deporte de la colombicultura, en su máxima expresión y la elaboración de suculentos platos, le han granjeado la mayor popularidad y simpatía, con rasgos muy sobresalientes.

Y en esa larga porfía por imponer su impronta, y en una disciplina tan exigente, siempre ocupó los puestos más relevantes en el escalafón y con palomos de una talla excepcional. Debido especialmente a una rigurosa selección de razas, adecuado aprendizaje y en el lugar más idóneo (en su caso concreto, en el cazadero de los Morcillos de Cieza) y una primorosa mano para su puesta a punto, hasta lograr ejemplares de renombre, en sus distintas etapas, del palmarés del 'Cordobés', 'el Mimoso', 'el Artemur', 'el Gasolinas', 'el Cosmos', 'el Pitufo', etc, que le gratificaban de tal modo, tan plenamente, que celebraba sus proezas y hazañas, con la misma felicidad que sus éxitos profesionales más descollantes. Y que, entre otros alicientes y atractivos (y lo dice uno que siente gran debilidad por este deporte, auténtico delirio, que fue dueño del 'Rey del Aire', y uno de lo mejor de los contornos) te pone en bandeja una espléndida ocasión de realización personal, para identificarte con tu palomo arquetipo, viendo en él tu propia mismidad. Casi nada€

Otra acción evasiva, que rellenaba su tiempo, y que tanto le complacía, era la cocina, especialidad en la que, con productos naturales y excelentemente manufacturados -típicamente mediterráneos- tenía una oportunidad excepcional para manifestarse a modo y brindar sus bondades culinarias al personal, a sus múltiples seguidores, una clientela incondicional. Y con menús muy ricos y variados. Entre los que había que destacar, de su amplio repertorio y todos para chuparse los dedos, auténticas ambrosías: la paella de marisco, el hervido, el arroz y conejo, los caracoles en salsa, etc y como plato estrella, la ensalada de lizones, de originalísima elaboración y muy ricos condimentos, que te transportaba al mundo de los sueños. Siempre acompañados, para realzar sus encantos, de un variado picoteo de tápenas, tallos y olivas en todas sus variantes, que te daba a probar y luego te regalaba un bote, o dos, para que te los llevases a casa, haciendo alarde siempre de su proverbial esplendidez. Y todos ellos, en su heterogeneidad, y grata compañía, salidos de sus manos, alcanzaban el grado de excelencia.

Como cifraba en el pulpo al horno, el cúlmen del placer, la mayor exquisitez, que saboreaba con delectación (como buen sibarita), cada sábado, como un rito sagrado. En el Bar de la Plaza, en el emblemático 'Paquisordo' y que ponía en los altares gastronómicos.

Pero, como no solo de pan vive el hombre, y para rebajar la grasa, también apuntaba muy alto en la práctica deportiva, ocupando el fútbol un lugar de honor. Modalidad que, en sus tiempos gloriosos, ejercitaba en el legendario Club Atlético Montañés y con gran brillo. En el puesto de medio izquierdo, igual que Martín Vázquez, que de ahí lo de 'Zocato'. Y si se terciaba la ocasión, dada su versatilidad, de extremo, corriendo la banda a gran velocidad, como Paco Gento, 'la galerna del Cantábrico' y jugador internacional del Real Madrid. Y apodado igualmente con esta denominación, que aquí los motes, como en todos los sitios ruralizados, se reparten con suma prodigalidad, y si nos los exhibes a pares, para robustecer tu personalidad, no eres nadie.

Y más en su caso específico, como ferviente seguidor del club merengue, que luce su emblema en la fachada principal de su domicilio particular, con el rango de un escudo nobiliario.

De todo lo referido hasta aquí, y dicho de carrerilla, podría desprenderse que nuestro soltero de oro, con manitas de plata, se ha dedicado a la holganza, y nada más lejos de la realidad. Como hombre polifacético, en sus múltiples campos, también aquí, en el amplio espectro agrícola-ganadero, ha tocado todos los palos (la siembra y recolección de sus productos, la poda y escarda, el injertado, la fumigación etc.) y, de ordinario, y de forma indeleble, con una gran finura y maña, hasta en los detalles más ínfimos. Como ha acreditado, sobradamente, solo o acompañado de su amigo del alma, su habilidad extrema, para la administración de numerosas fincas, ejerciendo de arrendatario de varios propietarios locales, con suma complacencia por su parte, poniéndolos en los cuernos de la Luna, por su alta rentabilidad.

Como podría pensarse, por su cachaza, y su condición de Portillo viejo, en su mejor versión (que lo da todo por los demás y a manos llenas, convirtiéndose en su mayor paradigma) que reduce su labor, a simples tareas rutinarias, y reducidas a los estrictos confines locales, pero si apuestas por él y lo retas, te sorprenderá siempre (y en noble lid, eso sí) con los resultados estajanovistas más abnegados, ganando el embite. Con trabajos, especialmente duros e ingratos, o revestidos de la mayor ductilidad y sutiliza, por difícil que resulte creer.

Desde acarrear piedras, del Rincón del Maestrillo, para colocar hormas y hacer márgenes, los más penosos que recuerda, hasta poner los pies en polvorosa, abandonando el terruño y marchar durante una temporada, allá por los años 60, a Bilbao (alojándose en mi propia casa) para 'hacer las Américas', como se les sedujo, para colocarse en Firestone. Pero la suerte no les acompañó, al no coincidir la realidad con las expectativas suscitadas Acertando en cambio, para compensar, una quiniela de once resultados, con un premio de la época, de 40.000 mil pesetas. Pero ya puestos, y familiarizados con el cambio de aires, a poco, y durante cuatro temporadas seguidas, marcharon a Francia (Nimes) a plantar tomates y hacer la vendimia, pero, en vistas de que no progresaban en el manejo del idioma (lo más que aprendieron a decir fue Oui, monsieur y Merci beaucoup), no le renovaron el contrato. Pero, también, y como les ocurriera en el País Vasco, a su regreso, igualmente les tocó la Lotería Nacional, en el Sorteo de Navidad, del año 2001, con el número 18.795, con una sola papeleta, pero con un premio de 10 millones de pesetas, que se dice pronto. Cantidad que, bien administrada y a buen recaudo, y hasta su óbito, les ha proporcionado buenos dividendos. ¡Que no hay mal que por bien no venga!

Y eso que el dúo implicado, unidos como una lapa y machihembrados a tope, son prácticamente incompatibles. Ya que, según las costumbres del lugar, los Portillos y los Clasos, por genética y talante familiar están en las antípodas y, por tanto, son antitéticos per se. Pero así con las cosas y así las hemos contado.

No sería justo en esta evocación íntima, en el que se rinde homenaje al 'Zocato', aunque sea a título póstumo, soslayar la presencia omnímoda, en su vida, de tres mujeres de bandera (María Elena Moreno Abenza, Isabel Guillamón Garrido y Adelaida Saorín Ortega) que tanto han contribuido a incrementar su felicidad y a celebrar, rendidamente, sus deliciosos platos. Prácticamente todos los domingos, y que tanto saben de su bondad sin límites y su generosidad desbordante, ¡como todo el mundo!

Como quedaría coja su larga prestación laboral, sin que se hiciera mención, aunque fuera mínima, a su fuerte vinculación con la recogida del limón, y uno de los más avezados. Siempre a la sombra de su Pigmalión, que tiraba de él como corredor o cabezalero, y siendo uno de los fijos de la plantilla. En las cuadrillas, por ejemplo, de Frutas La Margarita, Abelte, Agrumexpot, Agrosabor S.L, y tantas y tantas otras. ¡Ah!, E, invariablemente, con la comisión a repartir, ¡que esa es otra!

Ya, por último, y como representante genuino del Deporte Azul, y como bien merece, le deseo que vuele bien alto en los Campos Celestiales y, de paso, que le dé muchos recuerdos y un abrazo chillado, a mi 'Rey del Aire'.

¡Descanse en paz!