La sensación que impera entre el equipo de rastreadores del SMS ante el aumento de casos que se están produciendo en las últimas jornadas en la Región es de «impotencia».

«Una sensación de impotencia de pensar: tantísimas horas, tanto trabajo, tanta gente que ha muerto€», se lamenta la jefa del Servicio de Epidemiología, María Dolores Chirlaque.

Recuerda los momentos más duros de la pandemia como «una sensación de vértigo total». Todo el mundo se puso a trabajar en contener el virus, «todo el mundo quería contribuir en lo que pudiera», relata.

Asegura Chirlaque que desde el 1 de febrero todo el equipo ya se encontraba a tiempo completo dedicado a la lucha contra el coronavirus.

En un primer momento, y al tratarse de un virus desconocido, tiraron de experiencia previa en enfermedades como el sarampión, la tuberculosis o, incluso, el sida. Entre los impedimentos del momento estaba que no tenían las herramientas informáticas de las que disponen ahora para aglutinar la información.

«Estuvimos casi un mes yendo a trabajar a las 8 de la mañana, escuchábamos los aplausos de las 8 y aún nos daban allí las 9 o las 10 de la noche», recuerda, «esto era como un incendio que se nos iba de las manos».

Por todo lo que han pasado, lamenta que «mucha gente no sea consciente de que el virus sigue ahí». Tiene la sensación de que «el mensaje no cala en un tipo de población concreta».

A la pregunta de cómo se imagina el mes de septiembre, comienza respondiendo que intenta ser optimista: «Mi planteamiento es que nosotros vamos a hacer todo lo que esté en nuestra mano para que no aumenten los contagios. Si la población no se comporta, nosotros no podemos hacer más», expresa.

Chirlaque preveía que la situación se complicaría en los meses de octubre y noviembre, cuando la covid conviva con otros virus propios de la época y que estos meses servirían para preparar los servicios sanitarios. Reconoce, al ver cómo aumenta la curva de contagios, que «no pensaba que iba a ser tan pronto».

«Cada día vemos que no lo podemos controlar», afirma la jefa del Servicio de Epidemiología. «De momento creo que estamos rastreando bastante bien pero tenemos la sensación de que de un momento a otro se nos va de las manos», teme Chirlaque.