La mascarilla ya es obligatoria en todas partes, aunque se pueda guardar la distancia de seguridad, para evitar el contagio del coronavirus. El Gobierno regional, que este lunes celebraba una sesión extraordinaria, acordó establecer la obligación de usarla en cualquier espacio público exterior o interior, incluidos los establecimientos de hostelería, con el fin de evitar que los nuevos brotes que siguen apareciendo acaben propagándose. El presidente del Ejecutivo regional, Fernando López Miras, que compareció en rueda de prensa junto al consejero de Salud, Manuel Villegas, al acabar la reunión del Ejecutivo, amenazó con establecer nuevos confinamientos e incluso con imponer mayores limitaciones en el aforo de los establecimientos públicos para evitar aglomeraciones que faciliten la propagación del virus. Anunció también que el próximo jueves se reunirá el Comité de Seguimiento de la Covid-19 para estudiar la evolución de los focos que van apareciendo y establecer el nuevo régimen sancionador.

La orden aprobada ayer por el Ejecutivo empezó a ser efectiva poco antes de las 14.00, cuando apareció publicada en un anexo del Boletín Oficial de la Región (BORM).

Su aplicación será obligatoria también en las empresas que trabajan a puerta cerrada, de acuerdo con las recomendaciones del servicio de Epidemiología y del servicio de Salud Pública.

El incumplimiento de la obligación que está en vigor desde este lunes a primera hora de la tarde puede ser sancionada con una multa de 100 euros, de acuerdo con la normativa legal contemplada en la regulación del estado de alarma y de la llamada 'nueva normalidad'.

Esta regulación ya estaba en vigor y podía ser aplicada a cualquier persona que ignorara la obligatoriedad de la mascarilla en los espacios públicos en los que no era posible guardar una distancia mínima de un metro y medio. La diferencia a partir de ahora será que también deberá utilizarse en espacios en los que sea posible el alejamiento.

En caso contrario, los infractores se exponen a la multa de 100 euros que podrán imponer los agentes de la Policía. López Miras apuntó que espera las autoridades responsables se encarguen de que se cumpla la norma.

También espera que las empresas se responsabilicen de que la mascarilla sea utilizada en los centros de trabajo.

Un gran número de comunidades autónomas han establecido esta medida, que empezaron a imponer Cataluña y Baleares la semana pasada.

Después se han sumado, entre otras, La Rioja, Extremadura y Andalucía, mientras que la Comunidad Valenciana anunció la pasada semana que no tenía intención de aplicarla por ahora.

Sin embargo, el alcalde del municipio alicantino de Pilar de La Horadada, José María Pérez (PP), ha pedido en un escrito al jefe del Consell, Ximo Puig, que se decrete el uso obligatorio de mascarillas en este municipio, limítrofe con la Región, en el que tiene su segunda residencia un elevado número de murcianos. Según informa Efe, su opinión es que «no tiene sentido que en Murcia lleven mascarillas y, cuando vengan a la casa de la playa, no sea obligatorio» su uso.

Por su parte, Castilla-La Mancha se lo está planteando en este momento, lo que supondría que también se aplicaría la normativa en los municipios de la Región que limitan con esta comunidad.

El jefe del Ejecutivo regional anunció que este jueves volverá a reunirse el Comité de Seguimiento de la Covid-19 para establecer el régimen sancionador que acompañará a la orden aprobada este lunes y que establecerán multas a las empresas que incumplan las restricciones de aforo en vigor.

Entre las medidas que están en estudio figura la limitación de los aforos, la prohibición de aglomeraciones y la restricción de actividades públicas y privadas.

En contraposición a este tipo de conductas, puso como ejemplo las buenas prácticas que se han mantenido en los conciertos celebrados hasta ahora, en los que, a su juicio, se han aplicado las medidas de prevención y de distanciamiento de forma escrupulosa.

López Miras no descartó tampoco que en esta próxima reunión pudieran llegar a endurecerse las restricciones a los encuentros en grupo que están permitidos en estos momentos e incluso apuntó la posibilidad de que puedan establecerse nuevos confinamientos, si la situación lo requiere, aunque dijo que se aplicarían de forma selectiva.

El presidente y Villegas mostraron su preocupación por la aparición de dos nuevos brotes en sendas familias de Murcia y de Cartagena que no pueden vincularse a ninguna de las vías de entrada de la Covid-19 en la Región identificadas hasta ahora.

Estos dos grupos familiares en los que se ha detectado el virus se suman al brote de Bolivia y a los casos de los inmigrantes llegados en patera a las costas de la Región que han dado positivo en la PCR.

«Si la evolución de los contagios es negativa y los servicios de Epidemiología y de Salud Pública así lo recomiendan, tomaremos las medidas necesarias tan drásticas como sean necesarias, con anticipación y rapidez como siempre hemos hecho», alertó.

Recordó igualmente que, en caso de que una persona sospeche que puede estar contagiada o haya mantenido contacto directo con un enfermo, «no se desplaza, no se mueve, no tiene contacto con nadie».

Según indicó el consejero de Salud, la mayoría de los nuevos contagiados son personas jóvenes, de entre 20 y 40 años, y también mayores de entorno familiar, por lo que se mostró su preocupación por las vías de contagio.

Salir a hacer deporte o tener problemas de respiración, entre las excepciones

Hasta ahora, era mascarilla o distancia de seguridad. A partir de ahora, es mascarilla y distancia de seguridad, en espacios al aire libre y espacios cerrados de uso público o abiertos al público. Pero, ¿qué pasa cuando se sale a correr por sitios como El Malecón de Murcia? ¿O si se va a la playa? En ambos casos, se trata de lugares públicos y abiertos, donde un deportista o un bañista se puede cruzar con personas a las que no conoce, y que quizás estén infectadas con coronavirus.

Las excepciones, de esta manera, quedan así: para hacer deporte, las personas con enfermedades que se puedan agravar por su uso, personas con discapacidad que no puedan ponerse o quitarse las mascarillas o en actos incompatibles con llevarla, por ejemplo, para comer o beber en una terraza, o en piscinas y playas, siendo, no obstante, recomendable siempre que se esté fuera del agua.

En el caso de hacer deporte, los comentaban en mayo a este periódico responsables de gimnasios de la Región: puede ser contraproducente, porque crea un déficil de oxígeno.