Sostiene el psicólogo Jesús Leandro Pérez, del Colegio de Murcia, preguntado por la vuelta a las terrazas tras la fase dura del estado de alarma, que el miedo, en sí mismo, no es algo negativo, sino que puede llegar a «motivar» a las personas para estar atentas y no incumplir normas que puedan poner en peligro a otros. Así, es partidario de que los besos y los abrazos se eviten de momento.

P ¿Qué importancia psicológica tiene el hecho de volver a una terraza a tomar una caña con los amigos?

R Quedar con amigos, ya sea para tomar una caña en una terraza o para hacer cualquier otra actividad es algo que en los últimos dos meses no hemos podido hacer debido al confinamiento que hemos vivido por el estado de alerta decretado por el Gobierno. Durante este tiempo, aunque hayamos podido mantener contactos virtuales, hemos estado privados del contacto directo con las personas de nuestro entorno social. Las relaciones sociales son una parte muy importante para nuestra estabilidad emocional y por tanto recuperar este tipo de actividades nos beneficia y es un indicador de que estamos iniciando la vuelta a la normalidad

P ¿Seguirá sintiendo una parte de la población miedo o reparo a sentarse en una terraza, por temor a poder contagiarse del coronavirus?

R En principio el miedo al contagio lo debemos seguir sintiendo, pero si lo sabemos manejar, se convertirá en nuestro aliado ya que nos motivará a mantener las medidas necesarias de protección recomendadas por las autoridades sanitarias. Podemos juntarnos con los amigos y compartir actividades, pero tendremos que evitar los besos y los abrazos durante algún tiempo, sabiendo que nos ayudará a evitar una nueva propagación del virus.

P ¿Hasta qué punto está arraigado en la psicología de los murcianos el valor de parar para tomar una caña?

R En Murcia, como en otras regiones con clima parecido, estamos muy acostumbrados a desarrollar nuestra vida social al aire libre, por lo que es fácil que el lugar de encuentro sean las terrazas, convirtiéndose en lugares de reunión de grupos de amigos y familias.

P En un principio se dijo que iba a ser necesaria una reserva, aunque fuese para tomar un refresco, ¿se pueden trastocar los mecanismos psicológicos de las personas?

R Una de las características propias del ser humano es la capacidad de adaptación ante nuevas situaciones y circunstancias, y así hemos podido comprobarlo durante los dos últimos meses quedándonos en casa para conseguir el control sobre el coronavirus. Creo que podremos adaptarnos perfectamente al hecho de tener que programar los encuentros con los amigos, aunque perdamos cierta espontaneidad en la forma de relacionarnos. Lo importante es que se producirá el reencuentro, aunque con las medidas preventivas necesarias.

P ¿Podrían aumentar los casos de agorafobia, tras el confinamiento?

R Es esperable que aparezcan dificultades a la hora de controlar el miedo al contagio relacionado con salir de casa, permanecer en espacios abiertos o cerrados, o utilizar el transporte público y que en algunos casos en los que ese control del miedo sea deficitario o se generalice y deje de ser un mecanismo de protección ante el contagio, será cuando aparezcan trastornos como la agorafobia o cualquier otro relacionado con la ansiedad

PVista la imagen de los primeros días, de terrazas abarrotadas en algunos lugares, ¿cree que es posible que en la psicología de los murcianos pueda más el deseo de volver a la normalidad que un hipotético repunte de los contagios?

R El problema no es que algunas terrazas puedan estar abarrotadas porque se haya perdido el miedo a un repunte de contagios, sino que la percepción del riesgo se puede ver alterada por la relajación de las normas en esta fase de la desescalada unida a la euforia de poder volver a recuperar actividades que llevábamos mas de dos meses sin poder disfrutar. Es importante calibrar el riesgo en su justa medida y entender que si cumplimos las normas básicas de protección, precisamente estaremos protegiendo a las personas con las que queremos compartir esos momentos y disminuyendo la propagación del virus al resto de la población.