La patronal da por hecho que la hostelería mantendrá la persiana bajada al menos dos o tres meses en la Región y ni siquiera confía en salvar la campaña de verano a causa de la epidemia de coronavirus, que se suma a la crisis del Mar Menor, según dijo este viernes el presidente de Hostemur, Jesús Jiménez. Alertó de que la suspensión de todo tipo de eventos y las cancelaciones sitúa ante una amenaza de «quiebra» a un sector que emplea a 40.000 trabajadores, por lo que reclama ayudas, facilidades en la fiscalidad e incluso rebajas en los alquileres de los locales.

El máximo responsable de la patronal de hostelería de la Región pedía ayer a la Administración que dicte unas normas claras de prevención e incluso el cierre de locales para evitar los riesgos sanitarios en las zonas a las que se están trasladando los vecinos de Madrid para escapar al aislamiento impuesto en su comunidad.

Jiménez aseguró que los trabajadores de La Manga «no quieren a ir a trabajar» por temor a contagiarse el coronavirus ante la presencia de clientes llegados desde la capital de España. «La Manga se ha llenado de gente joven que está en los supermercados y en los bares. No se están poniendo los cortafuegos necesarios».

Alertó de que se han cerrado universidades y centros docentes para impedir la propagación del Covid-19, «pero se han celebrando botellones en Murcia. Los estudiantes se creen que están de vacaciones», aseguró.

La Comunidad anunció poco después el confinamiento de los municipios costeros para evitar los movimientos de las personas desplazadas y facilidades para las regulaciones de empleo.

En una rueda de prensa a la que también asistieron los presidentes de la patronal de Cartagena Hostecar, Juan José López, y de la Asociación Hosteáguilas, Vicente Sánchez, el presidente de la patronal regional aseguró que algunos locales «están tomando la temperatura a los clientes y a los trabajadores» antes de permitirles entrar, ante la psicosis que se ha generado.

Pidió también indicaciones claras a la Consejería de Salud para zanjar la disputa con las parejas que tenían bodas contratadas y se niegan a cancelarlas. Jesús Jiménez se pregunta qué pueden hacer los establecimientos si los novios se empeñan en mantener «una celebración con 300 personas», cuando la presencia de clientes en los establecimientos públicos se ha limitado a 50.

Puso como ejemplo el caso de un local que tenía cuatro banquetes contratados, pero solo ha conseguido cancelar tres de ellos.

Jesús Jiménez dejó claro que las empresas no están cancelando para siempre las celebraciones que se suspenden ahora. «Vamos a hacer lo indecible por recolocarlo todo. Necesitamos la comprensión y la responsabilidad de la sociedad».

El presidente de Hostemur considera que la crisis provocada por el coronavirus está «más cerca del crac del 29 que de la crisis de 2008». Jiménez asegura que «la sociedad no está siendo responsable. Tenemos colectivos que son de riesgo y debemos protegerlos. Si es necesario que los ciudadanos se queden en casa, transmitámoslo así. No nos quedemos en medias tintas». Añadía que las empresas no quieren recomendaciones, sino que «necesitamos que nos digan claramente si hay una crisis sanitaria y si debemos cerrar, ante todo por proteger a los trabajadores y a los clientes».