Las charlas de diversidad afectivo-sexual son curriculares, es decir, son evaluables y, por tanto, obligatorias, según la norma vigente en la Región de Murcia. Esto significa que, aunque por la instrucción de la Consejería de Educación se permita a los padres vetar la presencia de sus hijos a una determinada actividad complementaria del centro educativo, «hay que garantizar que a los alumnos les llega el temario de las charlas, aunque no vayan», explica el presidente de la Asociación de Directivos de Centros de Educación Secundaria de la Región de Murcia (ADES), Raimundo de los Reyes.

La normativa creada por el PP para conseguir el voto favorable de Vox en la investidura de López Miras ha tenido como consecuencia, según denuncia De los Reyes, que multitud de niños se queden fuera de las actividades complementarias porque ahora no llevan la autorización expresa de los padres. «Antes era suficiente con la aprobación a principio de curso de todo el calendario de actividades, pero ahora tenemos que pedir la firma del padre y de la madre si viene cualquier persona ajena al centro, como puede ser un guardia civil de tráfico o un bombero». Además, lamenta, «tener a un profesor que se haga cargo de los niños que se quedan fuera».