Las pulgas son unos insectos que pasan por un ciclo vital completo que comienza con el huevo, que pasa a larva, pupa y, posteriormente, a adulto. La hembra deposita entre 15 y 20 huevos por día y hasta 600 en toda su vida. El periodo de incubación del huevo suele ser de unas dos semanas, aunque todo depende de las condiciones externas como son la temperatura, humedad, alimento y especie.

Las larvas se refugian en las grietas y hendiduras del suelo, a lo largo de los rodapiés, bajo los bordes de las alfombrillas, en muebles o camas, dentro de las edificaciones, de ahí que en el caso del Morales Meseguer se hayan encontrado sobre el falso techo, al que habrían podido acceder animales de la calle, ya que se ha detectado que había una entrada directa que no se conocía.

El principal problema que producen las pulgas en las personas es una reacción alérgica en la zona en la que pican, en la que suelen registrarse varias picaduras a la vez. Estas pueden crear herida y sangrar, pero en algunos casos los problemas pueden ir más allá. Las picaduras de las pulgas pueden trasmitir enfermedades como el tifus, la peste negra o bubónica, o las tenias.

También hay que tener presente que hay personas que son más susceptibles a estas picaduras que otras, siendo más propensos los casos de los niños.

Cuando se da el caso de una picadura es complicado distinguir entre las picaduras de pulga y las de otros insectos. La reacción de la piel suele ser rápida. Suele aparecer un pequeño bulto con un punto en el centro que genera un elevado nivel de picor y un enrojecimiento rápido de la zona. En algunos casos puede aparecer como complicación de la picadura de la pulga una infección cutánea, que a menudo puede ir acompañada de fiebre y otros síntomas como cansancio.