Solo seis de los 45 municipios de la Región han logrado remontar la cifra de empresas que tenían en 2007, antes de la crisis. Los 39 restantes ni siquiera han conseguido recuperar las compañías que tenían activas antes de la recesión, según los datos recogidos en la Memoria sobre la situación económica y laboral del Consejo Económico y Social (CES) correspondiente a 2018. Pese a la recuperación que se ha producido a partir de 2013, al acabar el pasado año había en la Región 9.000 empresas menos, lo que supone un descenso del 17,4%.

Las seis poblaciones que han logrado superar los estragos provocados por la crisis son Alhama, Fortuna, Ojós, Librilla, Ulea y Villanueva. Pese al saldo favorable que muestran, «en la fase de mejora económica ninguno de ellos evitó la diseminación de empresas entre 2007 y 2013». Alhama fue la menos castigada, dado que solo perdió el 5,7% de los negocios locales.

Por el contrario, entre los más castigados se encuentran Campos del Río, que ha perdido casi la mitad de su tejido empresarial, y Aledo, que ha visto desaparecer al 39% de las empresas. En ambos casos se trata de poblaciones pequeñas, en las que cualquier variación resulta mucho más apreciable.

En el municipio de Murcia el saldo negativo entre 2007 y 2018 supera el 16%, con casi 2.800 empresas menos. Cartagena no ha corrido mejor suerte, dado que ha perdido 1.212 negocios, lo que equivale al 18,3%, mientras que Lorca tiene 664 menos, el 20,1%.

Los que menos tejido empresarial han perdido son Moratalla, Ricote, Lorquí, Pliego, Blanca y Fuente Álamo, que sufren un deterioro de entre cinco y diez puntos. Con caídas superiores al 10% aparecen Abanilla, Mazarrón, Bullas, Calasparra, Aledo y Campos del Río.

En diciembre del pasado año estaban dadas de alta en la Seguridad Social 43.043 empresas, lo que supone 9.068 menos que antes de la crisis, cuando se alcanzaron las 52.111, y constata «el extraordinario desplome» que ha sufrido el tejido empresarial.

La destrucción de empresas fue mucho más acusada en los primeros años de la recesión, dado que «entre 2007 y 2o13 desaparecieron más de 12.000».

A partir de entonces se inició la recuperación, que duró hasta 2015. Desde entonces se ha producido «un estancamiento», que mantiene el número de empresas activas en torno a las 43.000.

Entre 2007 y 2017 «se pierde en la Región de Murcia una cuarta parte de las empresas, con la particularidad de que el cuatrienio de recuperación económica prolonga el deterioro», según detalla la Memoria del CES.

Las empresas constituidas como personas físicas son las más castigadas por la recesión, dado que entre 2007 y 2013 desaparecen casi 10.000. Por el contrario, muestran la mayor capacidad de supervivencia las que funcionan como comunidad de bienes y las sociedades de responsabilidad limitada.

Los afiliados al régimen de Autónomos también han conseguido recuperar las cifras anteriores a la crisis y por primera vez desde 2007 han vuelto a superar los 100.000 cotizantes en la Región. Según los datos facilitados ayer por la Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), Murcia es una de las siete comunidades en las que ha crecido la afiliación de este colectivo.

Sin embargo, los datos difundidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística (Ine) indican que la creación de empresas bajó casi un 30% el pasado junio, mientras que la media nacional cayó un 8,5%.

La evolución empresarial desde el inicio de la crisis ha sido muy desigual en los distintos sectores. «Las actividades vinculadas a la construcción se encuentran entre las más dañadas, en parte por la extraordinaria pérdida de empresas que se produjo en los años de contracción, pero también porque se prolonga la caída incluso en la etapa de bonanza, lo que sucede en construcción de edificios y en servicios técnicos de arquitectura, ingeniería y ensayos de análisis técnicos».

En la industria destaca el descenso en fabricación de productos metálicos, textil, madera y fabricación de muebles.