Este 8 de noviembre se han cumplido 123 años del descubrimiento de los rayox X por el físico alemán Wilhelm Röntgen, que abrió el uso de la radiología para el diagnóstico de enfermedades.

Trabajando con un tubo de rayos catódicos en su laboratorio, Röntgen produjo radiación electromagnética en las longitudes de onda correspondiente a los actualmente llamados rayos X. Su hallazgo le valió ser distingudio con el premio Nobel en 1901. Durante 1895 Röntgen estaba investigando los efectos externos de los diversos tipos de equipos de tubos de vacío cuando se pasa una descarga eléctrica a través de ellos. A principios de noviembre repitió un experimento con uno de los tubos de Philip von Lenard en el que se había añadido una delgada ventana de aluminio para permitir que los rayos catódicos salieran del tubo, pero se añadió una cubierta de cartón para proteger el aluminio de los daños del fuerte campo electrostático necesario para producir los rayos catódicos.

Röntgen sabía que la cubierta de cartón evitaba que la luz escapara, pero observó que los rayos catódicos invisibles causaban un efecto fluorescente en una pequeña pantalla de cartón pintada con platinocianuro de bario cuando se colocaba cerca de la ventana de aluminio. Ese fue el inicio de los rayos X.