Antes incluso de la aprobación por parte de la Asamblea Regional de la nueva Ley de Protección y Defensa de los Animales el pasado año, hasta doce municipios de la Región de Murcia ya plasmaban en sus ordenanzas municipales la prohibición en lo referente al uso y utilización de animales silvestres en circos o espectáculos. Dichos municipios, entre los que se encuentran Alcantarilla, Alhama de Murcia, Beniel, Bullas, Campos del Río, Caravaca de la Cruz, Fortuna, Jumilla, Librilla, Molina de Segura, Torre Pacheco y Totana, aprobaron en Pleno esa medida y formaron parte de la Red de Ciudades Libres de Circos con Animales Salvajes de toda España, entre las que se incluyen más de quinientas localidades.

Pese a ello, y tras la aprobación de la ley aún sin desarrollar, sí se han mantenido en algunos espectáculos otro tipo de animales que están fuera de esta catalogación de silvestres. La ley no es aplicable a las especies cinegéticas -animales de caza-, a las acuáticas -pesca y piscifactorías-, a la fauna silvestre en su entorno natural, ni a los toros de lidia o animales que participen en espectáculos regulados por su propia norma específica.

España es uno de los pocos países de la Unión Europea que aún consiente la utilización de animales silvestres en sus circos. Actualmente, existen más de veinte compañías circenses en nuestro país que utilizan animales, pero son cada vez más los municipios y comunidades que prohíben este tipo de espectáculos en sus territorios.

Unos quinientos municipios españoles han aprobado en los últimos años normas para impedir estos espectáculos, y, junto a la Región de Murcia, Cataluña, Baleares y Galicia también aprobaron leyes en su día para constatar la prohibición a nivel autonómico, ya que, según la legislación española, la total prohibición depende de las Comunidades Autónomas. Los ayuntamientos, en este caso, solo pueden anular estos espectáculos si conocen que en ellos los animales sufren maltrato. A su vez, cada Gobierno autonómico esgrime su propio criterio para considerar qué es maltrato animal, por lo que, según cada ejecutivo, se actuará de un modo u otro.