Añadir fluidos procedentes del útero a los líquidos que se emplean para generar embriones en las técnicas de reproducción asistida permite conseguir embriones con menos riesgos genéticos y más parecidos a los concebidos de manera natural.

Esa es una de las principales conclusiones a las que ha llegado un estudio elaborado por investigadores de la Universidad de Murcia (UMU) en colaboración con científicos del Babraham Institute de Cambridge (Reino Unido) sobre los distintos problemas que se dan en las técnicas de gestación asistida.

Según la investigadora principal del estudio, Pilar Coy, las técnicas de reproducción asistida generan en los embriones un riesgo «ligeramente superior» de padecer determinados síndromes genéticos y epigenéticos que en los casos de embarazos naturales. Hasta ahora, ha apuntado, ha habido muy pocos datos de los motivos sobre esos riesgos, que en ningún caso son alarmantes, ya que se trata de porcentajes muy pequeños, y el objetivo de este estudio es analizar y evaluar los posibles daños de cada una de las distintas técnicas de reproducción asistida en cada paso del proceso. Así, el grupo ha iniciado las investigaciones por el medio de cultivo en el que se fecundan los embriones en el caso de la fecundación in vitro.

Para favorecer la unión entre los óvulos y los espermatozoides, se emplean determinados líquidos y compuestos químicos en los que «faltan suplementos naturales prácticamente imposibles de reproducir de manera artificial» y que sí se encuentran en el cuerpo de las madres, ha explicado Coy. Para paliar esa carencia, los investigadores, que han utilizado cerdos para su estudio, han añadido a esos líquidos químicos los fluidos procedentes del útero, con el fin de conseguir esos suplementos, ya que esos fluidos contienen proteínas, factores de crecimiento y otros componentes importantes en el desarrollo embrionario. Así, han comprobado que los embriones gestados con estos suplementos procedentes del aparato reproductor de la madre presentan perfiles genéticos y epigenéticos más parecidos a los embriones gestados de manera natural y, por tanto, menos riesgos de padecer síndromes.

El equipo ha iniciado ahora una fase de recogida de este tipo de fluidos uterinos procedentes de mujeres, que se están analizando en el biobanco de muestras de Murcia para su posible aplicación en el futuro a las técnicas de reproducción asistida.

El siguiente paso en el estudio, que ha sido publicado en la revista científica eLife, será el de comprobar cómo ha afectado el uso de los fluidos uterinos en los cerdos que nazcan de estos embriones en comparación con aquellos casos en los que no se aplicaron los suplementos.