Dos testigos mantuvieron este miércoles en sus declaraciones ante el jurado que vieron a la que fuera jugadora internacional de voleibol holandesa Ingrid Visser, de 36 años, y su pareja, Lodewijk Severein, de 57, el martes día 14 de mayo de 2013, un día después del asesinato de la pareja a manos de Juan Cuenca, Valentín Ion y Constantin Stan, en una casa rural del Fenazar (Molina de Segura).

Se trata del recepcionista del hotel Churra F.S.M. y de la limpiadora A.N., quienes prestaron declaración en el juicio que se sigue en la Ciudad de la Justicia de Murcia por un doble crimen en el que se intenta determinar si Juan Cuenca decidió dar muerte a la pareja ofreciendo una recompensa a dos ciudadanos rumanos, quedando en la tarde-noche del día 13 de mayo con Severein y Visser.

Curiosamente otros dos empleados del citado hotel mantienen que el día 14 no vieron al matrimonio, y que incluso otro recepcionista dio la orden el día 14 por la mañana de limpiar la habitación 202 porque Severein y Visser sólo habían reservado su estancia para el día 13.

Ningún testigo recuerda cómo iban vestidos y en lo que coinciden los recepcionistas es que en la llegada del matrimonio a las 3 de la tarde del día 13 y dado que eran clientes habituales, aún cuando había un numeroso grupo de gente esperando en el mostrador, les dieron las llaves de la 202.

El recepcionista F.S.M. dijo que al día siguiente los vio saliendo del hotel a las 3.10 horas mientras hacía un ´check in´ y se encontraba con la cabeza agachada mirando el ordenador.

La fiscal recordó a este testigo que en la declaración que efectuó a la Policía el día 20 de mayo había asegurado que había visto a Severein y Visser marcharse mientras recibía en recepción a un numeroso grupo de clientes, por lo que le preguntó si no sería el lunes día 13, pero se mantuvo en su testimonio de que creía que los había visto irse el martes.

En cuanto a la limpiadora, comentó que ese martes día 14 se encontraba en el pasillo de la segunda planta cuando el matrimonio holandés salió y les dijo con acento extranjero buenos días, y al ser preguntada por la hora exacta, respondió que «temprano, pero no mucho», tras lo que precisó que entre las diez y media y las once menos cuarto de la mañana.

Al respecto, la fiscal recordó que en su declaración anterior había situado la hora en las dos menos cuarto, a lo que la empleada manifestó que «no tenía buena cabeza» y que lo que dijo en aquella primera declaración sería la hora real. El lunes 13 esta trabajadora no vio al matrimonio porque estaba en la cafetería.

El otro recepcionista que declaró ayer en el juicio, J.S.G., comentó que como conocía al matrimonio aún cuando había mucha gente en recepción, al ser un mero trámite les dio las llaves una vez que firmaron.

Al día siguiente una encargada del servicio de habitaciones llamó a recepción a la una de la tarde para preguntar si se podía limpiar la 202, dado que habían reservado para el día 13 y se superaba ya el tope máximo de tiempo para ocupar la habitación.

Un chivato que indica si hay luz encendida en la habitación mostraba al recepcionista que podía haber alguien dentro aún cuando se encendía débilmente, comprobándose, posteriormente, que el motivo era un ordenador portátil que se encontraba en esos momentos enchufado.

Hoy, jueves, no hay sesión. El juicio se reanudará mañana. Hay interés especialmente en conocer el testimonio de Rosa Vázquez, la que fuera amiga de Juan Cuenca y a la que este llegó a implicar directamente cuando confesó los hechos.

Ampliaron la reserva al ver que estaban ahí sus pertenencias

El representante legal del hotel M.I.N.M. fue quién confirmó al jurado que el hotel decidió ampliar la reserva unos días al encontrarse dentro de la habitación sus enseres personales. Al parecer el matrimonio había reservado el día 14 un hotel en Santa Pola (Alicante).

Por otra parte, en la jornada de ayer fue llamada como testigo una empleada de la clínica de fertilidad de Murcia en la que tenían cita el matrimonio holandés el día 14 a las 11:30 horas y a la que no acudieron.

El 25 de febrero de 2010, cuando todavía era jugadora del CAV Murcia 2005 -equipo éste en el que permaneció desde 2009 y hasta 2011- fue la primera vez que entró en la clínica murciana con la intención de quedarse embarazada, dado que Severein había sido vasectomizado.