Los equipos directivos de los centros de enseñanza Secundaria de la Región tendrán que pasar un año más con los presupuestos bajo mínimos para gastos de funcionamiento. La esperanza de que este curso hubiera siquiera un pequeño aumento en su asignación se acabó el martes cuando la consejera de Educación, María Isabel Sánchez Mora, les hizo el anuncio. Esta decisión fue una de las cuestiones centrales de la asamblea de la Asociación de Directivos de Enseñanza Secundaria (ADES) que se celebró ayer en el instituto Mariano Baquero de Murcia, y en el que los directores dejaron latente su malestar por otro curso más de inestabilidad.

Desde hace cinco años los centros educativos cuentan con presupuestos recortados por la crisis económica que han hecho que algunos de los centros estén especialmente afectados por un deterioro general de las instalaciones y sus equipamientos, tal y como explicaban ayer algunos de los directores que asistieron a la Asamblea de ADES.

La consejera les anunció, como ya hizo el viernes anterior a los directores de Primaria, un plan de renovación de equipos informáticos a cuatro años, aunque los directores no saben cómo ni en qué orden de prioridades se hará. Los directores recibirán cualquier aporte en este sentido con satisfacción, puesto que llevan tiempo quejándose de que los ordenadores rotos o los cañones proyectores sin bombillas no les sirven de nada. Sin embargo, los problemas de deterioro de los centros van más allá. Persianas estropeadas, materiales que hay que sustituir y para los que no hay fondos o sillas rotas son solo algunos de los ejemplos que los centros denuncian. Para los institutos que tienen ciclos formativos de Formación Profesional la situación todavía es peor.

El otro gran tema que protagonizó la Asamblea fueron las quejas de los directivos de los centros por cómo se está llevando a cabo la aplicación de la LOMCE en Secundaria. Muchos directivos manifiestan su sensación de que tanto ellos como los profesores andan perdidos con multitud de cuestiones relacionadas con la implantación. La mayor queja es que aún no hay publicado un decreto de Evaluación que les permita poder programar el trimestre y la aplicación que les debe ayudar a medir la evolución de los alumnos con las nuevas reglas todavía no está operativa.