El fuego ha arrasado este verano, en tres incendios de grandes proporciones, un total de 534,14 hectáreas, correspondientes a las superficies quemadas en el Cañón de Almadenes (Cieza), Sierra del Almorchón (Lorca) y Sierra del Almirez (Calasparra).

Para que se quede en «un recuerdo malo de una noche de verano lo antes posible», la consejería de Agua, Agricultura y Medio Ambiente, ha puesto en marcha tres planes que contemplan, en un horizonte de diez años, la recuperación de estas zonas.

Con un presupuesto total de 3,3 millones de euros, que en principio saldrán de las arcas regionalas a la espera de que el Estado quiera participar a partir de 2016 económicamente en estos trabajos, la titular de Medio Ambiente, Adela Martínez-Cachá explicó que los técnicos de su departamento habían trabajado a marchas forzadas para evaluar las repercusiones de los incendios y elaborar los planes de recuperación.

«Ha sido un trabajo concienzudo y en tiempo récord de la dirección general de Desarrollo Rural y Forestal y nos ha permitido elaborar un plan para saber qué se debe hacer en cada zona para que lo antes posible la sociedad vuelva a disfrutar de estos espacios emblemáticos», explicó ayer la consejera.

La consejera presentó los planes acompañada del director general de Desarrollo Rural y Forestal, Federico García, y del subdirector general de Desarrollo Rural y Forestal, Juan de Dios Cabezas. Cada plan individualizado inlcuye una planificación temporal de 10 años para su desarrollo completo, tiempo suficiente para reiniciar de nuevo la funcionalidad ecológica de estas áreas forestales afectadas por el fuego.

Del total incendiado, 293,05 hectáreas pertenece a monte público y las restantes 238,09 a monte particular. Desde la Consejería se afirmó, categóricamente, que quedaba «totalmente descartado» el cambio del uso del suelo de los bosques quemados, como permite para casos excepcionales la Ley de Montes, en palabras de Cabezas.

Biodiversidad

Cachá indicó que en cada uno de los planes se recuperarán suelos arbóreos, estratos de matorral y especies herbáceas, «reconstruyendo el puzzle de la biodiversidad vegetal representada en estos hábitats», muchos de ellos de interés comunitario que ocupan un alto porcentaje de la superficie a restaurar. También se llevará a cabo la recuperación de la función de retención de tierra, de infiltración de agua del suelo, de reservorio de nutrientes para especies vegetales o de conservación de carbono orgánico en el suelo.

El director general apuntó que una de las primeras acciones será cortar los árboles quemados y construir infraestructuras viarias que hagan más fáciles los trabajos.

El subdirector general quiso dejar claro que en una década no da tiempo a que se complete la recuperación de la zona quemada, «pero sí que da pistas de cómo evoluciona»

«La naturaleza es sabia y se recupera por sí sola, pero hay que ayudarla», apuntó, añadiendo que aunque el la Naturaleza en la Región esta acostumbrada a la sequía, no lo estaba a una tan prolongada por lo que la recuperación de estas zonas se podía complicar con las plagas.

La Consejería quiere dejar abierta a la participación de toda la sociedad murciana la recuperación de la superficie incendiada por lo que asegura que estudiará todas las propuestas que reciba de los ciudadanos.