Su hijo lleva años pasando un calvario académico que acaba de llegar a su máximo nivel cuando, casi dos meses después de empezar segundo curso de Secundaria en un nuevo instituto, le han comunicado que había habido algún tipo de error con su expediente y que debía retroceder a primer curso para repetir. El hecho ha indignado tanto a la familia que han presentado una denuncia ante la Guardia Civil contra el colegio de Lorca del que procede el chico. El mayor problema, sin embargo, asegura la madre «es que mi hijo está en casa y no quiere ir a clase, para él ha sido un palo muy duro y no sabemos cómo arreglarlo». Ella prefiere no dar su nombre para mantener el anonimato de su hijo.

Según la documentación a la que ha podido tener acceso LA OPINIÓN, el colegio entregó en el mes de septiembre a los padres una certificación académica para poder tramitar el traslado de centro en la que se especifica que el alumno puede promocionar, pasar de curso, ya que aprobó una de las cuatro asignaturas que le habían quedado para septiembre. Sin embargo, según han contado en el nuevo instituto a sus padres, la documentación interna del expediente que ha llegado, la única válida y oficial, indica que debe repetir.

La denuncia de lo ocurrido también ha sido puesta en conocimiento de la consejería de Educación para que intervenga. Es algo que, para la familia, a todas luces es un error o un acto de mala fe que ahora paga su hijo.

Una dislexia no diagnosticada

El chico al que quieren obligar a repetir ha tenido problemas de aprendizaje a lo largo de toda la Primaria, problemas que especialmente dieron la cara en 5º curso y 1º de ESO. Su madre explica que, a pesar de todos los intentos por buscar soluciones y su insistencia de que debía haber algún problema detrás, «las únicas respuestas que obtenía eran las de que mi hijo era un vago, que vivía muy feliz, y yo lo veía esforzarse y estudiar». Después de este verano, un gabinete de especialistas en Neuropsicología le hizo un estudio que le diagnosticó una dislexia de un nivel importante. «Me dijeron que si se hubiera detectado a tiempo, con ocho años, no hubiera sido un problema, pero ahora, con catorce, sí que lo es. Y mi hijo está muy desmotivado», afirma la madre.

Ante estos resultados, decidió cambiar al chico a un centro público. Sus abogados están estudiando una demanda por daños y perjuicios causados a su hijo contra el colegio. Asegura la madre que él está desmotivado y que a estas alturas ya no sabe si conseguirán volver a motivarlo. Tienen muy claro que el centro en el que ha estudiado siempre es responsable por no haber detectado el problema.