Belén López: "Me gusta la guerra que dan los niños, es lo que me da fuerza"

Divorciada y madre de dos niñas, Belén López es diplomada en Magisterio, especialidad Educación Física. Tras pasar por dos oposiciones al cuerpo de maestros en el que la ratio por plaza era descomunal, se dio cuenta de que su pasión era trabajar con niños, fuera como fuera. Es por ello que con la ayuda de un crédito ICO y mucho esfuerzo abrió El Jardín Mágico, un centro de ocio infantil en el que, además de ofrecer un amplio abanico de diversiones (parque de bolas, actividades con disfraces o trabajos manuales), los padres pueden disfrutar de un buen café, una caña o una tapa con la tranquilidad de que sus hijos, además de estar vigilados y atendidos, están pasándoselo ´pipa´ y aprendiendo. «Algunos compañeros de colegio de mi hija mayor le dicen a sus padres que su mamá es muy guay porque además de ser mamá, ¡tiene un parque de bolas!, lo que en ocasiones causa cierto recelo», comenta Belén entre risas.

Pero no todo es diversión, ya que reconoce que la conciliación de la vida laboral y familiar no es fácil; aunque gracias a dos trabajadores a los que tiene a su cargo ya de forma indefinida y el horario que es, de alguna manera, infantil, lo puede ir compaginando. Belén comenta que en su casa no trabaja demasiado en las tareas del hogar, va al día, lo que no le causa el menor cargo de conciencia. Reconoce también que siempre ha tenido detrás a sus padres para echarle una mano, lo que agradece y le reconforta.

Aun estando inmersos en esta brutal crisis, Belén no ceja en su empeño de ampliar el negocio: lo que quiere plantear es una oferta lúdica distinta a lo que viene siendo habitual en un establecimiento de este tipo, que no suele salirse de la celebración de cumpleaños. Este verano organizó su primera escuela de verano, lo que pretende repetir en Navidad y Semana Santa. Así pues los padres no tienen en El Jardín Mágico de Belén la diversión asegurada para sus hijos, sino que pueden encontrar en ella a la persona que se encargue de ellos en vacaciones. Una diversión que siempre va ligada al aprendizaje, pues para la empresaria el entretenimiento de los más pequeños siempre debe de ir de la mano del aprendizaje y la creatividad.

Aunque reconoce que en ocasiones llevar su negocio y su familia se le hace cuesta arriba, le fascina comprobar la energía que es capaz de sacar de sí misma y que no sabía que poseía. «Me gusta la guerra que dan los niños, es lo que me da fuerza», dice. Es la jefa de su casa y de su negocio, un papel en el que quizá nunca se vio, pero que le ha hecho más luchadora y más libre. Y es que, aun no siendo suficiente la ilusión es sin duda el factor necesario para empezar sin miedo.