El auditorio de El Batel de Cartagena concentra desde el jueves por la tarde a mil educadores y a algunos de los mayores expertos en detección y atención de alumnos con dificultades específicas de aprendizaje en un congreso que está especialmente dedicado a la dislexia. Un trastorno que dificulta el aprendizaje de la lectoescritura a los niños y que complica que comprendan lo que leen. Las autoridades educativas han tardado años en tratar de forma específica a estos alumnos y en desarrollar protocolos para atenderlos y evitar que fracasen, pero el consenso en que deben tener una atención especial es claro, a pesar de no ser una discapacidad. Los expertos calculan que cuatro de cada seis fracasos escolares están relacionados con una dificultad específica del aprendizaje como la dislexia.

Como primicia, ayer se presentó en El Batel el primer estudio nacional elaborado por el Ministerio que muestra una radiografía de las políticas que se están llevando a cabo para atender a estos alumnos y los campos en los que todavía hay que profundizar. Este informe coincide en señalar que la detección temprana es esencial para garantizar que el alumno no fracasará.

Según el informe del Ministerio, en la Región de Murcia la detección de la dislexia se concentra especialmente en cuarto curso de Primaria, cuando el alumno tiene unos nueve años, mientras que en la mayoría de comunidades autónomas la evaluación se concentra en los cursos anteriores. En la Región, la Comunidad Autónoma trabaja con más de dos mil alumnos con dislexia y otras dificultades como el déficit de atención.

Una de las cuestiones que más interesa a los padres es la adaptación de los exámenes de sus hijos. Dar más tiempo a los estudiantes para hacer las pruebas es una de las alternativas. Juan Navarro, jefe de servicio de Atención a la Diversidad, anunció en una mesa redonda moderada por la periodista de LA OPINIÓN especializada en Educación, Amalia López, que desde la Consejería de Educación se está trabajando para establecer protocolos que dejen claro cuál debe ser la adaptación de estos exámenes para no poner trabas en el camino a los alumnos y permitir que, si tienen los conocimientos, accedan a la formación superior.

Leer escuchando

Cuanto antes se detecta el problema, antes se pueden poner en marcha las adaptaciones curriculares y las técnicas para ayudar al menor. Y en este sentido, las nuevas tecnologías tienen un gran papel. Un ejemplo es un programa de ordenador llamado ´Claroread´ que pone voz a cualquier texto escrito en más de cuarenta idiomas y a la velocidad que se quiera. «Lo mismo da un libro que el texto de una revista, lo que hace el programa es ayudar a estos alumnos a los que les resulta muy complicado aprender lo que leen, pero que sin embargo lo hacen cuando lo escuchan», explica un comercial de la empresa que integratek que vende el producto. Por poco más de doscientos euros una familia puede tener esta herramienta para ayudar a su hijo a superar las dificultades. Algunos colegios de la Región ya lo tienen.