La necesidad agudiza el ingenio y la posible ´fuga´ de clientes propiciada por la aplicación de la Ley Antitabaco, que prohíbe fumar en cualquier establecimiento público, sea bar, restaurante y discoteca, ha obligado a los hosteleros de la Región a buscar fórmulas creativas para no perder ´parroquianos´. Si los clientes deben salir fuera para fumar, lo mejor es crear espacios ´calientes´ en la calle para que los fumadores puedan consumir al tiempo que dan buena cuenta de sus cigarrillos. «Lo que perdemos dentro, debemos ganarlo fuera», señalan fuentes de Hostemur.

De ahí, que muchos hoteleros de la Región se hayan lanzado a instalar toldos y carpas en terrazas habilitadas en calles y plazas de los distintos pueblos, que calientan con estufas para exterior, un producto que estos días está agotado en prácticamente todos los centros de distribución de Murcia, como en el Leroy Merlín, donde aseguran que «desde que entró en vigor la nueva Ley Antibaco, hemos recibido un aluvión de peticiones de estufas de exterior y ahora mismo se nos han agotado, aunque ya hemos hecho un pedido y en poco tiempo tendremos más disponibles».

Otra empresa, Tecna, una de las líderes de este sector, asegura que la demanda de este tipo de aparatos, que prácticamente no se fabrican en España y se importan en su mayor parte de China, Corea y el Este de Europa, ha crecido de forma importante este último mes, «sobre todo en el norte de España, donde hace más frío. En el sur también, aunque la demanda es menor». En concreto, según fuentes del sector, en la recta final de 2010 y los primeros días del presente año, los vendedores de estas estufas, comúnmente llamadas ´setas´, han visto incrementar sus ventas entre un 300% y un 400%.

Tal ha sido el éxito de estas estufas que hay empresas creadas única y exclusivamente al ´calor´ de esta moda para dedicarse a la venta y alquiler de estos productos. Ese es el caso de la firma madrileña Isti Göbelek, creada hace apenas tres meses y que desde su apertura no ha parado de vender ´setas´ llegando incluso a repartir 300 estufas en una semana, según cuenta uno de sus comerciales Miguel García, algunas de ellas en Murcia. Tanta es la demanda que incluso grandes centros como Leroy Merlín han solicitado mercancía a esta empresa.

El coste de estas estufas oscila entre 145 y 200 euros, las más baratas, y los 600 ó 900, las más caras, aunque la demanda se decanta claramente por las primeras, según las fuentes consultadas.

Y es que habilitar estos espacios ´calientes´ no es nada barato. Al coste de estas estufas, hay que sumar el de los toldos y carpas que se necesitan para cerrar la terraza al aire libre, que puede alcanzar los 6.000 euros. «Es caro, pero tener estos toldos pueden suponer la diferencia frente a otros locales que no los tengan para llevarse a los clientes de calle», señala desde la firma Bricotoldos.

Los hosteleros murcianos, sin embargo, han sido más previsores a la hora de contratar estos toldos y la demanda comenzó ya en los últimos meses de 2010, antes de que entrara en vigor la Ley Antitabaco. «Llevamos desde septiembre instalando toldos sin parar en bares y restaurantes -señala uno de los responsables de Ankisol Toldos (de Molina de Segura), Francisco Javier Pérez, que ha visto como las ventas crecían un 80% en poco tiempo.

Y es que son muchos los establecimientos hosteleros de la Región que cuentan con licencia para instalar terrazas al aire libre, lo que ha permitido que puedan ofrecer espacios alternativos a los fumadores fuera de sus locales. De ahí que no se haya experimentado un aumento de la demanda de licencias de terrazas en los ayuntamientos «porque todos los que han tenido la oportunidad ya cuentan desde hace tiempo con este permiso», señala Ignacio Sánchez, presidente de Hostemur, que insiste que, por esta misma razón, también son muchos los que ya contaban con espacios aclimatados en el exterior de sus establecimientos, «por lo que la demanda de toldos o estufas no ha sido tan alta como en otras regiones». Algo a lo que ha contribuido el buen clima del que disfruta la Región de Murcia, que limita a apenas dos o tres meses el uso de calefactores o cerramientos en terrazas.

«El sol es nuestro mejor aliado», añade Sánchez.