Otro día para la historia de la Semana Santa ciezana. Otro día para el bullicio, para el clamor hacia las costumbres más arraigadas de un pueblo. Y otro día para que miles de personas disfruten del arte imaginero, del multicolor nazareno, de los sonidos de la pasión y de los olores de la resurrección. Los cinco sentidos puestos en la gran y extraordinaria procesión que la Cofradía de la Oración en el Huerto y Santo Sepulcro, Los Dormis, celebró ayer sábado en Cieza.

Los siete pasos de los que dispone la hermandad desfilaron por las angostas calles de la Cieza más antigua como si de un mes de abril se tratara. La gente, mucha llegada de otros lugares no quiso perderse esta oportunidad única de presenciar una procesión pasional en pleno otoño y al igual que ocurriera el año pasado, cuando la Junta de Hermandades Pasionarias celebró su Procesión Magna por su centenario.

Y es que Los Dormis celebraron por todo lo alto sus 75 años de existencia, tres cuartos de siglo que han convertido la cofradía en la más numerosa y con mayor número de imágenes de entre las 18 hermandades ciezanas.

Los santos partieron del nuevo Museo de la Semana Santa de Cieza, un edificio que está prácticamente acabado, pero todavía no ha sido inaugurado. Desde allí se organizó la procesión con sus anderos, nazarenos y bandas de música. El cortejo lo abrió el Ángel Triunfante infantil portado por niños, y le siguió la Entrada de Jesús en Jerusalén 'La Burrica', portado por representantes de todas las cofradías ciezanas; la Unción en Betania, la Oración del Huerto, La Caída, el Santo Sepulcro y lo cerró el Ángel de la Cruz Triunfante.

Participaron además cofrades llegados de cofradías de pueblos cercanos con las que Los Dormis se han hermanado a lo largo de la historia.

El desfile iba escoltado por una representación de la Junta de Hermandades Pasionarias de Cieza con su presidente a la cabeza, Joaquín Gómez, y los presidentes de cada una de las cofradías, además del vicario de la zona pastoral Cieza Yecla, José Antonio García, y el alcalde de la ciudad, Pascual Lucas. Al término de la procesión, los participantes protagonizaron una cena de hermandad al aire libre en el Balcón del Muro.