El estado ecológico del Mar Menor y los procesos de eutrofización que ha sufrido durante los últimos años han tenido una consecuencia también negativa para otro punto de la geografía costera murciana. Las embarcaciones de recreo han abandonado la laguna para trasladarse hasta las calas de Cabo de Palos y las playas al norte de esta localidad cartagenera, un hecho que ha conllevado la destrucción de las praderas marinas debido a los sistemas de anclajes de estos barcos. Este punto es reconocido por la Consejería de Medio Ambiente, que alerta de que estas embarcaciones son «especialmente numerosas durante la temporada estival», durante la cual se ha llegado a contabilizar más de medio centenar concentradas al menos en la costa norte del cabo, «con el riesgo que supone tanto para los bañistas como para el hábitat prioritario, como para la navegación». Esta conclusión se menciona en el informe del proyecto que pretende la instalación de, por el momento, 32 fondeos de bajo impacto en el entorno de Cabo de Palos.

El objetivo es instalar puntos de amarre y boyas para las embarcaciones que se acerquen a esta parte del litoral regional y evitar así la degradación de las praderas de fanerógamas, sobre todo de la Posidonia oceanica que cubre gran parte del litoral de Cabo de Palos junto a otras comunidades bentónicas como la Cymodocea nodosa. Este espacio marino está protegido por la Red Natura 2000 y está catalogado como Zona Especial de Conservación denominada ‘Franja litoral sumergida de la Región de Murcia’. Además, esta localidad está rodeada por la Reserva Marina de Interés Pesquero de Cabo de Palos – Islas Hormigas.

Este hábitat tendrá un sistema de fondeo de bajo impacto y ecológico para reducir la actividad recreativa, una instalación por la que la Consejería espera compatibilizar la práctica náutica y la del buceo con el espacio protegido.

El anclaje de estos fondeos se hará a una profundidad de entre dos y diez metros y sobre fondos de arena o rocas aisladas. Medio Ambiente ya ha solicitado una autorización provisional de ocupación del dominio público marítimo terrestre al Ministerio para la Transición Ecológica por un periodo de cuatro años según establece la ley de Costas, y actualmente el proyecto se encuentra en consulta pública.

El Plan de Gestión Integral de los Espacios Protegidos Mar Menor y Franja Litoral Mediterránea de la Región de Murcia establece la instalación de estas estructuras en entornos protegidos para minimizar los efectos de las anclas y cadenas sobre el fondo marino. Se subraya en el plan que hasta que no estén los sistemas en funcionamiento o a disposición de los usuarios, «se evitará el fondeo sobre praderas de fanerógamas marinas y sustratos rocosos».

Nueve fijas todo el año

De las 32 boyas, 23 de ellas se instalarán por temporadas, es decir, se montarán en primavera (aproximadamente a finales del mes de marzo) y se mantendrán durante todo el verano para ser retiradas en octubre, «para su almacenamiento en tierra de cara a la época invernal», destaca el proyecto. Las otras nueve boyas, se mantendrán fijas para ofrecer un punto de anclaje a posibles embarcaciones recreativas que quieran hacer uso durante el invierno. Estas se instalarán tanto en las calas al sur de Cabo de Palos como en la playa de Levante. «El objetivo es la protección de la posidonia de los efectos del fondeo mediante ancla, a la vez que permitir un fondeo seguro y cómodo para los usuarios naúticos de la zona», destacan desde la Consejería.