La Asociación de Vecinos de San Diego nacía hace un año con la intención de «revitalizar» el céntrico barrio cartagenero, una situación que se complica «sin la ayuda de la administración local», según apuntan desde la propia directiva.

El presidente de la agrupación vecinal, Tomás Sánchez, explica que «son ya muchos meses sin noticias y a la espera de una respuesta», desde que a principios de año mantuvieran una reunión con el edil de Descentralización y Participación Ciudadana, Diego Ortega y trasladasen al concejal la necesidad de que el Consistorio les cediera un local social para poder llevar a cabo su actividad, así como explicar cuales eran los proyectos que se estaban en ese momento comenzando a impulsar desde la Asociación de Vecinos de San Diego, Sánchez indica que «nos dijeron que lo tendrían en cuenta y que nos ubicarían en algún inmueble».

Sin embargo, desde el colectivo vecinal reclaman que más de diez meses después continúan «sin respuestas».

El presidente vecinal insiste en que la asociación de San Diego no nació con fines lúdicos, sino precisamente para ayudar a aquellos colectivos más desfavorecidos de la zona, fomentar la empleabilidad y de esta manera, contribuir al «empoderamiento del barrio».

Por ello, asegura que es «muy frustrante tener que ir pidiendo favores por no disponer de un sitio fijo a pesar de que estamos contribuyendo de manera altruista y con una inversión que sale de nuestro bolsillo, al desarrollo del barrio».

Asimismo, Sánchez explica que otro de los motivos por lo que decidieron impulsar esta asociación vecinal «fue para que las personas más necesitadas del barrio que necesitasen nuestra ayuda, acudieran a nosotros cuando nos necesitasen», pero es «complicado», sin disponer de una sede física.

La ausencia de local también dificulta el desarrollo de los talleres de costura, restauración de muebles y huertos de autoconsumo, entre otros, que durante los meses de confinamiento desarrollaron de manera telemática pero que nuevamente están impartiendo de manera presencial en estos momentos.

Desde el Ayuntamiento de Cartagena, aseguran que a pesar de su voluntad por buscar «soluciones para los vecinos del barrio», en estos momentos en Consistorio carece de locales disponibles y adecuados para las necesidades de la asociación, señalando que hasta la propia administración local se ha visto obligada a alquilar inmuebles para determinados servicios ante la carencia de inmuebles municipales en la zona.