Los estudiantes de la UCAM de Cartagena no se quedan con los brazos cruzados durante el confinamiento. Varios de ellos están volcados en la distribución de alimentos alimentos y hacen teleacompañamiento a personas mayores que se encuentran solas.

Desde hace una semana, Miriam Carmona, de 19 años y estudiante en el Campus de la UCAM en Cartagena, llama por teléfono a María, de 81 años, y a Ana, de 83. "Sobre todo hablamos de lo que han vivido desde que nacieron hasta ahora; me cuentan lo felices que eran con sus maridos antes de que fallecieran, o recordamos cómo es la Semana Santa de Cartagena", afirma la estudiante de primero de Enfermería. "Es algo muy enriquecedor; hablamos entre 15 y 45 minutos, dependiendo de lo que les apetezca, y aunque también lo hacemos del coronavirus, intento que no se preocupen más de la cuenta, que se cuiden sin salir de casa y de que tengan una sonrisa, al menos en esos ratos".

Como ella, son 20 los estudiantes que realizan teleacompañamiento, cada uno a dos personas mayores. Miriam considera que "es muy gratificante esta experiencia intergeneracional, porque en las conversaciones se abren bastante y yo también me siento muy contenta. Para ello pactamos una hora de llamada, que no le pille con la novela, y ya me han dicho que cuando todo esto pase nos conoceremos en persona tomando un café".

En paralelo al teleacompañamiento, otro grupo de alumnos del Campus de la UCAM de Cartagena colabora con Caritas en los servicios de preparación y distribución de alimentos, así como en el comedor social.