Los adolescentes de Cartagena lo tienen muy claro: «Si no actuamos ahora, no habrá futuro para nosotros» determina Pablo Sáez, uno de los jóvenes activistas por el medio ambiente en el municipio que, a pesar de su juventud -acaba de cumplir 15 años- no duda en poner «su granito de arena» para actuar contra el cambio climático desde la ciudad portuaria. Por ello, el pasado mes de junio, no dudó en acudir junto a su compañero, Carlos Rubio a la que fue la primera reunión de la actual asociación Fridays for Future Cartagena. Desde ese momento, los jóvenes comenzaron a movilizarse «para concienciar a los cartageneros», tal y como relata Sáez. Asimismo, fueron sumándose adolescentes de entre 14 y 17 años de edad, como Candela Díaz, que, aunque confiesa que es «difícil» compaginar los estudios con las asambleas que realiza el colectivo todos los viernes, considera «una obligación» preocuparse por el cambio climático.

Los jóvenes miembros de la asociación reclaman una mayor implicación por parte de los adolescentes de Cartagena. Pablo Sáez explica que, «cuando hacemos las reuniones, acuden muchos adultos»; sin embargo, les sorprende que la actividad por parte de los chavales de su edad sea tan reducida. Carlos Rubio lo achaca a la «falta de concienciación», añadiendo que «no son conocedores de lo que ocurre realmente y de que el problema está aquí y ahora, lo ven muy lejano». Candela agrega que «es muy fácil divulgar por redes sociales, pero cuando hay que moverse de casa, a la gente le cuesta más hacer ese pequeño gesto».

Por ello, invitan a cualquiera que esté interesado, a ponerse en contacto con la asociación en sus cuentas de Twitter e Instagram que se pueden encontrar fácilmente por el nombre de Fridays for Future Cartagena.

Los jóvenes también pretenden concienciar a la población del municipio de los gestos que pueden significar un «gran avance» en la lucha por el clima. Por ello, incitan a los ciudadanos a hacer un mayor uso del transporte público y de la bicicleta en sus desplazamientos por Cartagena; sin embargo, manifiestan que tienen «grandes dificultades» para moverse de forma sostenible por la ciudad. «Faltan líneas de autobús que conecten mejor los barrios y autobuses nocturnos», explica Sáez, añadiendo que «moverse en bicicleta tampoco es fácil», puesto que la mayoría de tramos de carril bici son «inconexos». Asimismo, pide a las instituciones que «no talen árboles», haciendo alusión a la «inminente tala de Cuatro Picos».

Pero si han de decantarse por el mayor problema al que se enfrenta el municipio en la actualidad, los tres coinciden en que es, «sin duda», la crítica situación en la que se encuentra el Mar Menor. «El próximo 30 de octubre nos sumamos a la manifestación, e incluso estamos barajando la posibilidad de leer una parte del manifiesto». Además, a finales del próximo mes de noviembre también se sumarán a la huelga mundial.