La presencia de Sabic, Repsol y Navantia en el municipio ha permitido que Cartagena sea parte fundamental en la economía regional. Así, según datos de la Consejería de Industria, las tres compañías tienen un impacto sobre el empleo de 3.500 ocupados directos, el 10% del empleo industrial regional. Además, aportan el 12% del PIB. Asimismo, en cuanto a inversiones, estas empresas han aportado 7.200 millones de euros durante las últimas dos décadas. Incluso, en cuanto al peso en el sector exterior se estima que pueden llegar a representar en torno al 23% de las ventas internacionales regionales.

Desde Industria destacan también que la actividad de estas empresas repercute en otros ámbitos. Tal es el caso de Repsol, que abarca casi el total del 82% de las mercancías embarcadas.

Tres gigantes que además nutren sus plantillas de cartageneros y contribuyen a mejorar el municipio con inversiones.

Sabic

La mitad de su plantilla es de la comarca de Cartagena y cuenta con 5.000 empleos auxiliares

Ubicada en La Aljorra desde 1994, Sabic -antes General Electric- se ha convertido en un referente en el suministro de soluciones de materiales termoplásticos de ingeniería en todo el mundo. El complejo está ubicado en una superficie aproximada de 740 hectáreas y lo forman cuatro plantas especializadas en la producción de resinas de policarbonatos y polieterimidas, además de oficinas, almacenes, laboratorios de investigación e innovación, entre otros departamentos.

Las instalaciones cuentan con cuatro grandes plantas. Se dividen en una de Compounding, donde se fabrican productos como la resina CYCOLOY y está a la cabeza en innovación y desarrollo de nuevos colores y efectos especiales en sus plásticos; dos de resinas LEXAN, dedicada en exclusiva a la fabricación de policarbonato; y otra de ULTEM, inaugurada en 2010 y que es una de las dos únicas plantas que fabrican este producto en todo el mundo -la otra se encuentra en Estados Unidos-.

Cerca de la mitad de la plantilla de la empresa, unos 750 trabajadores, son de la propia comarca de Cartagena y además la compañía cuenta con unos 5.000 trabajadores externos de empresas auxiliares.

En cuanto a su inversión en la Región, Sabic cifra en unos 30 millones su aportación anual a mejoras y nuevos trabajos, aunque en ocasiones esa cifra puede aumentar, sobre todo, en paradas técnicas de mantenimiento que obligan a una inversión mayor. De hecho, este mismo año tiene prevista la parada de una de sus dos plantas de polímeros, con la contratación de unos 900 trabajadores de empresas auxiliares.

Junto al día a día industrial, desde Sabic están volcados en la protección del medio ambiente, sobre todo en materia de reducción del consumo de agua, de energía y de emisión de gases. Han logrado reducir estos parámetros entre el 11% y el 12% desde 2014, aunque, según cuenta el director general de la planta, Juan Alemany, el objetivo es llegar al 25% en el año 2020.

Precisamente el medio ambiente, quizá el área que más atención representa en la compañía, es también lo que más quebraderos de cabeza ha provocado a la firma en los últimos años, hasta el punto de instalar y costear un aparato de medición de bisfenol A, pese a que no es un producto que se emita desde la empresa.

Las quejas vecinales han provocado que incluso la compañía organice jornada de puertas abiertas para que los residentes puedan conocer de primera mano las instalaciones. También se organizan reuniones periódicas con los responsables vecinales para aportar datos de cómo se está desarrollando la actividad.

Navantia

Los sumergibles aseguran carga de trabajo, aunque es necesario definir un Plan Industrial

Navantia ya no sólo es una de las tres grandes empresas afincadas en Cartagena, junto a Sabic y Repsol -también en este reportaje-. El astillero se ha convertido en parte de la propia ciudad debido a su ubicación, en la dársena del puerto, y a su historia. De hecho, la empresa fecha su instalación en la ciudad en 1731, cuando se fundó la compañía.

Desde entonces, muchos nombres han dado carácter a la empresa. Bazán, Izar y Navantia son los últimos de este gigante especializado en submarinos y motores. De hecho, los sumergibles son la gran baza del astillero, que ha dado todo en el modelo de submarinos S-80, un proyecto que también ha dado quebraderos de cabeza a la compañía y al Estado, ya que Navantia es una empresa pública dedicada a la construcción naval civil y militar.

Y es que, actualmente, el astillero construye de forma completa cuatro sumergibles para la Armada española que aseguran la carga de trabajo para los próximos años, aunque el proyecto ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones presupuestarias para poder llevarse a cabo.

No obstante, desde los trabajadores de la compañía, que también tiene otras sedes en Ferrol, Cádiz y San Fernando, llevan años reclamando un plan industrial. La empresa ya trabaja sobre el mismo y se ha dado a conocer que, en materia de empleados, contemplará nuevas altas y jubilaciones a los 65 años.

El astillero, junto a su historia en la ciudad, también forma parte del día a día de Cartagena debido a su apuesta por el empleo local. Y es que, de una plantilla compuesta por 1.148 trabajadores, 903 son cartageneros, según los datos de la propia empresa. Además, las instalaciones cuentan con unos mil trabajadores de empresas auxiliares al día, lo que genera multitud de puestos de trabajo relacionados con la empresa.

Sobre el método de trabajo en la ciudad, el astillero aplica tecnología puntera en el diseño y construcción de submarinos y otros buques de superficie, así como en su apoyo al ciclo de vida, realizando las grandes carenas de los submarinos. Así, dispone de una factoría de motores para la fabricación, mantenimiento y apoyo al ciclo de vida de motores diesel con altos niveles de calidad, tanto para el sector naval militar como para el ejército de tierra y otras aplicaciones civiles.

En Cartagena, también está el centro de sistemas, especializado en el desarrollo y apoyo al ciclo de vida de los sistemas integrados de control de plataforma incorporados en los buques militares nacionales e internacionales.

La cartera de trabajos, en los últimos años, también se ha completado con la reparación de yates y la capacidad de trabajar sobre once barcos de forma simultánea.

Repsol

La mayor inversión industrial de la historia de España y ayuda a recuperar el Foro romano

La historia está fuertemente ligada a la ciudad de Cartagena y, concretamente, al valle de Escombreras. Desde que se levantó la refinería, el complejo industrial ha sido esencial para cubrir las necesidades energéticas españolas. Su evolución constante ha ido de la mano con el crecimiento de la propia Cartagena, incentivando siempre la economía y el empleo en la zona.

Desde sus comienzos bajo el nombre de REPESA en 1950 hasta la ampliación en el siglo XXI, el complejo industrial de Repsol ha visto cómo evolucionaba su tecnología, cómo crecía la capacidad de producción, y cómo aumentaba la cantidad y la calidad de los técnicos y operarios.

Actualmente, la empresa cuenta con unos 890 trabajadores directos, de los que el 95% son de Cartagena, según los datos de la propia compañía. A estos empleados se suman otros 900 que pertenecen a empresas auxiliares que prestan servicios al complejo industrial.

Asimismo, la petrolera ha situado en los últimos años a Cartagena enel epicentro de la tecnología gracias a la ampliación que se hizo realidad en 2012 de las instalaciones en el Valle de Escombreras, con una inversión de 3.150 millones de euros, lo que supone la mayor inversión industrial de la historia de España y la creación de 800 puestos de trabajo propios y 800 en empresas contratistas, además de un empleo inducido estimado en más de 8.000 personas.

Pero, además de lo meramente industrial, Repsol Cartagena también destaca por su apuesta por el entorno. De hecho, una de las críticas hacia la compañía es su cercanía con poblaciones del municipio, como Alumbres. No obstante, desde la petrolera han abierto puertas a los vecinos de esta localidad para estrechar lazos y que tengan en todo momento la mayor información posible acerca de la actividad del complejo. Tanto es así que el contacto entre los representantes vecinales y la empresa es continuo. Además, la empresa creó en 2016 un centro de visitas para que aquellos ciudadanos que así lo soliciten puedan visitar las instalaciones en el Valle de Escombreras.

Asimismo, otra de las grandes apuestas de la compañía, además de reducir emisiones y contribuir a la mejora del medio ambiente, ha sido la inversión en la ciudad. Junto a colaboraciones con fiestas locales y festivales culturales, Repsol ha sido parte fundamental de la recuperación del Barrio del Foro Romano, en el Molinete, con una inversión de más de cuatro millones que han permitido recuperar ya gran parte del yacimiento y servirán para levantar un museo y finalizar las excavaciones.