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Con el reconocible texto de la recordada Rosa Juaneda y el escenario del Parque Torres, el Oráculo de Tanit retomó ayer el brillo que en parte había perdido con su traslado a la explanada del muelle y las modificaciones de guión. Ayer, el acto más recogido de los carthagineses fue un éxito.

Una representación que, en su gran mayoría, está elaborada por mujeres en un claro ejemplo de reivindicación de igualdad entre géneros en las fiestas. Sobre el guión, la princesa Himilce desveló a la diosa Tanit un sueño recurrente que la atormentaba por las noches. La diosa, por boca de la sacerdotisa, le reveló a la dama íbera que su marido, el general Aníbal, emprendería una campaña hacia tierras enemigas de la que nunca regresará. De hecho, la diosa mostró a Himilce la toma de Qart Hadast por el ejército de Escipión, significando el fin de su pueblo en la Península.

Pero también le dio esperanza. La que llegó con la promesa de la eternidad. Y es que, Tanit habló de un grupo de personas que milenios más tarde recordará los hechos acaecidos en la ciudad púnica, en alusión a los propios festeros y los actos.

Antes de la representación, el Consejo Carthaginés entregó los premios de Hannon el Navegante, a Félix Vivancos, de V Colinas; y la Gran Dama de Cartago a María Gloria Caballero, de Mastienos, y Noelia Férez, de Caballeros e Isis.