José López, exalcalde y edil de MC Cartagena, denuncia que el yacimiento del puerto romano se ha convertido en una ciénaga en plena calle Mayor de la ciudad. Ha llovido ya bastante desde que en 2016 se hallaran los restos del antiguo muelle de Carthago Nova, que data del siglo primero después de Cristo. Dos años después de su descubrimiento, el lugar, que se encuentra a la intemperie, está lleno de mosquitos que proliferan en las aguas estancadas que se han depositado en este solar con el paso del tiempo.

El yacimiento se descubrió tras el derribo de la Casa Llagostera, que era una joya del Modernismo, y el Edificio Selecciones. Por entonces, la Comunidad Autónoma anunció que iba a buscar fórmulas para abrir un museo en este enclave. LA OPINIÓN contactó ayer con la Consejería de Cultura, que no quiso hacer ninguna valoración.

Un hotel en el centro

Los restos salieron a la luz después de que una constructora obtuviera los permisos para derribar sendos inmuebles con el fin de construir pisos. Fuentes próximas a la propiedad han informado a este medio de que en los primeros días de septiembre anunciarán novedades sobre el proyecto. Según López, en cuanto al uso del nuevo edificio, cuando él era alcalde, estaba sobre la mesa la posibilidad de que se levantase allí un hotel o un bloque de apartamentos turísticos. Algo que, a día de hoy, puede seguir teniendo presente la compañía propietaria del solar, Rústica Negocios Inmobiliarios, tal y como ha podido saber este periódico.

Según fuentes consultadas por LA OPINIÓN, la resolución de la Consejería dictada a principios de junio acuerda que se retiren los restos, se les dé tratamiento adecuado y se recoloquen en el segundo sótano del nuevo edificio que se va a construir.

Por otra parte, conocedores del proyecto apuntan que este espacio, dada sus características, sería inviable para que allí se hiciese un museo, por lo que podría quedar descartado que el puerto romano se convierta en una atracción turística más de la ciudad de Cartagena.