Los patinadores en línea y los aficionados de las dos ruedas de la ciudad de Cartagena demandan el aumento de las infraestructuras para facilitar los desplazamientos en patines y bicicletas por la localidad, puesto que entienden que son escasos y no se encuentran en óptimas condiciones.

Los usuarios llevan años luchando por la implantación de una política que ampare y defienda los medios de transporte sostenibles en favor de los coches. Sin embargo, según afirman, el Ayuntamiento parece no estar dispuesto a ello.

Los patinadores de la localidad cuentan con la mayor de las desventajas. Apuntan que los propios agentes municipales no son capaces de identificar el lugar que ocupan en la vía urbana: «Mientras algunos nos piden que circulemos por los arcenes a una velocidad moderada, otros afirman que las aceras no son nuestro lugar y que debemos acceder a recintos cerrados como parques o pistas, lo que muestra el desconocimiento que existe en torno al patinaje en línea», afirma la secretaria del club Patinenfila, Mónica Estévez, quien sostiene que en la ciudad la posibilidad de moverse con libertad «es escasa».

Según la normativa que regula a los usuarios de los patines, deben ir por las aceras y carriles bici; sin embargo, la tarea se complica cuando «se acaba el carril y te encuentras en la nada», afirma Estévez. Y es que, no existe una red organizada de carril bici, lo único que hay son tramos que se cortan «en seco», como por ejemplo el localizado en el barrio de Los Dolores, lo que dificulta enormemente las rutas de los usuarios y el fomento del uso de bicicletas y patines.

Además, el municipio solo cuenta con carril bici, a diferencia de otras ciudades como Almería que ya han implantado los carriles rodados, indicados para patinadores.

También la asociación Vía Libre, que lucha por los derechos de los ciclistas y peatones en la ciudad y que promueve la movilidad sostenible desde el año 2000, califica de «desastrosa» la gestión que se realiza desde el Gobierno local, aunque admite que no es algo novedoso, puesto que a pesar de haberse reunido en numerosas ocasiones tanto con el Ejecutivo local actual, regentado por Ana Belén Castejón, como con anteriores titulares de la Corporación, como José López o Pilar Barreiro, la repuesta ha sido la misma a lo largo de todos estos años.

Ejemplo de otras ciudades

Los usuarios añaden que el Ayuntamiento achaca la ausencia de políticas sostenibles en la ciudad a la falta de fondos para poder llevarlo a cabo. «No tienen en cuenta los beneficios que obtendrían si se promueve el uso de los medios de transporte sostenibles», asegura Jose Ángel Vivancos, coordinador de Vía Libre. El colectivo ha propuesto ejemplos de planes de movilidad saludable y sostenible que se han llevado a cabo en otras ciudades españolas donde se han implantado políticas que favorecen a los peatones y a los usuarios de medios de transporte amigos del medio ambiente como bicicletas y patines en línea. Es el caso de Vitoria, premiada como ciudad europea verde; o Sevilla, donde se multiplicaron por diez los usuarios de las bicicletas pasando de 600 a 6.000 tras la apuesta que se hizo desde el Ayuntamiento por estos medios de transporte no contaminantes.

Así, ciclistas y patinadores siguen ´en pie de guerra´ para hacerle ver al Gobierno local que se puede apostar por una ciudad libre de humos y más considerada para los peatones. Por ello, realizan acciones conjuntas para dar visibilidad, como masas críticas y actividades en diferentes lugares como el festival Mucho Más Mayo que se celebra en la ciudad.

Pese a todo ello, desde Vía Libre sostienen que el Ayuntamiento no deja de quitar espacio a los peatones para dárselo a los coches, eliminando de la calzada pasos de cebra, como el que se encontraba en la Alameda de San Antón a la altura del hospital Perpetuo Socorro. Además, afirman, el Consistorio sigue creando aceras bici, provocando que el espacio de los peatones quede aún más reducido. En este sentido, tanto patinadores como ciclistas coinciden en que el espacio debe sustraerse de la calzada para no perjudicar a los viandantes. «Invadimos el espacio de los peatones, lo que llega a provocar conflictos entre ciclistas y peatones, cuando el problema son los coches», indican desde Vía Libre.